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Periodismo bajo asedio
OAXACA, Oax. 27 de octubre de 2014.-Beto tiene ocho años, sus papás son profesionistas, su mamá trabaja todo el día, pero come con él, claro que no puede prescindir del teléfono, así que la mayor parte de la comida, se la pasa contestando sus llamadas.
Su papá trabaja fuera de la ciudad y lo ve cada mes.
Su abuelita lo atiende.
La mamá de Beto ha tratado de llenar los espacios vacíos con actividades para que Beto se supere y quizá también para que “no la extrañe”.
Su horario de clases es de 8:00 a 14:00 horas, por las tardes tiene regularización para reforzar sus matemáticas y su español, terciado, porque también tiene clase de música; su deporte es el karate, por lo menos cuatro veces a la semana y luego tiene que llegar a hacer la tarea de la escuela, para cumplir con todas sus actividades.
A veces la tarea se prolonga hasta las 11 o doce de la noche y los sábados toda la mañana inglés.
Durante el periodo de vacaciones está en talleres y cursos de verano de todo el día.
Por la tarde de los sábados y domingos juega su Xbox o va al cine con su mami.
Pero en la parte de la disciplina, Beto no tiene límites, eso no está dentro del esquema de su educación.
Beto merece que se le cumplan todos sus caprichos, acciones, pensamientos y sentimientos, todo está dispensado de antemano; porque está mucho tiempo sin sus padres.
Entonces por un lado está sobrecargado de actividades y por el otro no tiene límites.
El motivo de consulta en apoyo psicológico es porque no puede estar quieto, cuando come, se para constantemente de la mesa y realmente no come, a esa hora ve la televisión; durante la hora de hacer la tarea, tiene sed, quiere ir al baño, le duele la panza, etcétera, todos los días tiene reporte de su “miss”, porque aun cuando cubre sus trabajos, no obedece, no se sienta, platica mucho.
Su actividad es tanta que se volvió “híper” es hiperactivo.
Rafa G. Lipovetsky, autor de Los tiempos hipermodernos, sostiene que estamos en la era de una modernidad a su máxima potencia, en una era “híper” moderna: hipercapitalista, de hiperpotencias, con hiperterrorismo, hiperindividualismos, hipermercados, hipertextos, etcétera.
Bien puede agregarse “hiperactiva”, una era de sujetos hiperactivos, una era de niños con TDAH.
La hipermodernidad, es la sociedad que busca el placer inmediato, Beto tiene todas las cosas materiales que quiere, pero al mismo tiempo no lo puede disfrutar porque padece una gran ansiedad. Tiene muchísimos juguetes, casi todos están nuevos.
Esta sociedad está tan preocupada por el futuro, fruto de las crisis económicas y del desempleo, y porque también sufre un creciente temor en temas de salud, virus y epidemias.
Es la ideología de la prevención, que se preocupa por un futuro profesional incierto y por la educación de los niños en un contexto conflictivo, muy conflictivo, se les atiborra con muchas actividades extracurriculares.
La madre trabaja todo el día para pagar salarios de todos aquellos que coadyuvan en la educación del niño y que elevan su “calidad de vida”, y al estar ausente, provoca una angustia y vacío existencial en su hijo, que posteriormente se vierte al exterior, como una falta de control en su sistema locomotor, esta falla estructural lo que necesita no es descarga motriz, eso le sobra, lo que necesita es incorporar modalidades de tramitación psíquica de su tensión, que se desborda en atención dispersa, inquieto, hiperactivo e impulsivo, llamado o, más bien, rotulado TDAH, que es un digno representante de la actualidad.
Por eso, para un niño hiperactivo la quietud que implica el irse a dormir es muy resistida, pues el irse a dormir también implica retirar todas las investiduras del mundo, y esto lo deja aún más inerme y expuesto a sus exigencias pulsionales, que se tornan así en pesadillas y terrores nocturnos.
Beto no puede estar quieto, no puede dormir, tiene miedo y pesadillas, no quiere comer y cada vez le fastidia más ir a la escuela.
Hay muchos “Betos”, procura tener comunicación con tu hijo, lee con él cada noche, 10 minutos es suficiente y comparte el juego con él lo más que puedas.
Si tienes la oportunidad de tener un empleo de solo medio tiempo, es la mejor opción.
De lo contrario, el tiempo que estés con tu hijo que sea real, no lo compartas con la tecnología ni con los deberes. Ah, el amor no está separado de los límites. Son necesarios.
Cualquier tema que te interese desarrolle, lo puedes enviar a mi correo:
Correo_casa2 @hotmail.com
Psicóloga Eréndira Edgar Vargas.