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Oaxaca, Oax. 2 de mayo de 2010 (Quadratín).- La última encuesta presentada por la empresa IPSOS-BIMSA, más allá de los resultados favorables que le otorgan a Gabino Cué una amplia ventaja sobre el fallido candidato ulicista aporta elementos sustanciales que deberán ser aprovechados por el equipo cercano al candidato de la alianza PRD-PAN-Convergencia-PT.
Y es que un análisis de la encuesta muestra que la ocupación de la población censada cara-cara fue de: 36% a mujeres que dedican al hogar y 38% que trabajan por su cuenta (campo y otros oficios), por lo que ahí se tiene una población objetivo en la que se debería concentrar una parte importante de la direccionalidad del candidato: su propuesta hacia las mujeres y hacia quienes trabajan de manera directa por su cuenta, que reclaman un trabajo digno y bien remunerado o que buscan con esfuerzo hacer producir el abandonado campo oaxaqueño.
Si estos dos datos los cruzamos con la población que ha manifestado su interés en que Oaxaca necesita un cambio de gobierno (52%) y/o el 45% que califica de mal y muy al gobierno de Ulises Ruiz, tenemos a un sector de la población que el candidato de la coalición podrá segmentar en su propuesta, discurso y programa de gobierno.
Las mujeres, las que cotidianamente están al cuidado del hogar, de los hijos, las que en última instancia resienten las consecuencias del desempleo, de los bajos salarios, de las necesidades primeras del hogar o del sufrimiento del padre de familia para llevar el sustento a la casa, necesitarán ser atendidas por el candidato no solo en los mítines, sino por sus promotores, aquellos que deberán hacer la campaña casa por casa, a pie-tierra, para dar a conocer las propuestas de Gabino Cué para las mujeres oaxaqueñas.
Sin duda alguna, aquí jugarán un papel central el equipo que coordine las reuniones con las mujeres, pues deberá intensificar la promoción de Gabino Cué en la calle y en los medios de comunicación (principalmente la radio) en los horarios en los que las amas de casa están en el hogar. (3 de cada 10 oaxaqueños según la muestra nos dicen que fueron mujeres las que atendieron a los encuestadores).
Y aquí es fundamental, transmitir las propuestas del candidato en acciones precisas hacia las mujeres, tarea que corresponde a los responsables de la promoción del voto de los partidos políticos y de sus candidatos a diputados locales y presidentes municipales.
Podríamos señalar algunas que en toda campaña enmarcan el discurso político: garantizar la entrega de proyectos productivos para la mujer campesina y rural con asesoría gubernamental; erradicar la violencia intrafamiliar y fuera del hogar hacia la mujer oaxaqueña; incentivar la participación social y política de las mujeres; otorgamiento de becas a las mujeres universitarias; estímulos e incentivos gubernamentales para las mujeres que se decidan por una actividad empresarial; otorgamiento de apoyos a las madres solteras y protección y seguridad social a las mujeres de la tercera edad, muchas de ellas viviendo en el olvido y en el abandono, entre muchas otras.
Por otro lado, la encuesta de IPSOS-BIMSA nos aporta otro dato interesante, que casi el 40% de los oaxaqueños se dedica a actividades propias, es decir, se autoemplea en oficios que como sabemos no están bien remunerados; de ahí que cruzando el dato de que 52% está cansado del gobierno de Ulises Ruiz y apuesta por el cambio, el candidato de la alianza deberá ofrecer al electorado condiciones para que dicha percepción de cambio se concretice.
Esta percepción deberá entonces hacer palpable la posibilidad de que la paz y el progreso de Oaxaca se concretiza en acciones y puede hacerse posible a partir de políticas públicas que se generarán con el cambio democrático del titular del gobierno del estado. Es decir, para qué le sirve a los oaxaqueños la paz, para qué el cambio y por qué la necesidad de la transición política pacífica.
Porque la estabilidad social y política que el estado necesita, y que reclaman los que en última instancia tendrán los recursos para invertir en el estado, garantizará las condiciones propicias para la inversión y la generación de empleos. No hay seguridad sin estabilidad, no hay transición sin paz. No hay futuro ni desarrollo si no hay la certeza de que el gobierno garantizará las condiciones para la inversión. Y lo que en última instancia exigen los oaxaqueños, es un empleo digno y bien remunerado.