
Utopías y distopías de nuestra época, tema de La Noche de las Ideas 2025
OAXACA, Oax. 14 de noviembre de 2014.-Javier Álvarez Fuentes (México, 1956) se recuerda en la música desde siempre, “de toda la vida”, quizás porque sus primeras experiencias en ella las tuvo muy niño, derivadas de su curiosidad por el sonido. Se entretenía con el ruido de las llaves, con la vibración que producía la entrada del aire a los tubos y con el sonido que generaban las resistencias de las lámparas.
“Siempre me fascinó el sonido y fue una cosa muy natural pasar de la curiosidad a interesarme por la música de manera más formal, así que a los 12 años ya estaba tocando. Para mí la música es la vida completa. Es lo único que se hacer. Todo lo que conozco, lo que entiendo de ética, de moral y de ciencia, lo he aprendido a través de la música”, expresó.
Hoy, este hombre de 58 años, Premio Nacional de Ciencias y Artes 2013, autor de más de 80 obras para orquesta y de cámara, abundante música electroacústica que combina el uso de computadora con músicos, además de piezas para cine y para danza, que se fascina manipulando la cámara de quien busca retratarlo (la fotografía es otra de sus debilidades), afronta un reto que califica de “superdivertido” y que asume con gran generosidad: tallerear durante dos semanas con jóvenes compositores y contribuir en el proceso de acabado de 10 obras nuevas, para su estreno en un concierto especial el próximo 22 de noviembre, como parte de Instrumenta Oaxaca 2014, que se realiza en esta ciudad.
El mismo día que inició la experiencia creativa le fue entregado el Reconocimiento a la Trayectoria Profesional que concede este programa académico-artístico musical, previo a la primera presentación, ante público oaxaqueño, de la reconocida agrupación inglesa Brodsky Quartet, que interpretó la obra de Álvarez ‘Metro Chabacano’, además de las piezas de dos compositores más, vivos, (el mexicano Mario Lavista y el argentino Osvaldo Golijov), y dos autores de la primera mitad del siglo XX (Ravel y Gershwin), en una noche que resultó memorable en el teatro Macedonio Alcalá.
Álvarez se mostró feliz al recibir la pieza de arte objeto creada por la artista plástica mexicana Sandra Pani, que le fue entregada por Ignacio Toscano, creador y director general de Instrumenta Oaxaca, en presencia de Tomás Barreiro, coordinador artístico, ante un nutrido público que aplaudió la decisión de reconocer su trabajo por y para la música.
“Me siento halagado. El reconocimiento no es solo para mí, también es para todas las personas que de alguna manera me han ayudado a hacer lo que hago. Nunca trabajé para ganar premios sino porque me gusta hacer lo que hago. Sí es satisfactorio que alguien más piense que el trabajo de uno vale la pena, pero un premio aparte de ser un aliciente para seguir produciendo, también genera un compromiso”, dijo en entrevista previa.
En reunión con medios de comunicación, el compositor subrayó que México es una potencia artística a nivel mundial, pero no lo reconocemos. ¿Qué falta?, se le preguntó, “seguir haciendo lo que estamos haciendo. Desde luego hay cosas que mejorar, pero en términos generales lo que se necesita es educación, más oportunidad de estudio y de buen aprendizaje”.
En ese contexto, expresó tener la más alta consideración sobre Instrumenta Oaxaca, pues piensa que en México “tenemos talento e inteligencia” pero necesitamos que existan oportunidades”; también, porque a pesar de que los retos han sido duros, “el maestro Toscano no ha perdido la convicción y sigue firme con su proyecto. De manera que hoy estamos ante más de 250 alumnos en cursos de especialización musical y eso es algo extraordinario”.
Para Álvarez, ser creador es un largo viaje para el cual se requiere perseverancia, trabajar muchísimo –independientemente de si se tiene talento-, pero sobre todo, no perder la convicción, “esto tiene que ver con la vocación, con una mística, no con el dinero, porque quien quiere hacer dinero, se dedica a otra cosa”.
Por lo anterior, celebra que en México tengamos un buen número de compositores “lo cual hace que haya una enorme diversidad de música, porque se pueden escuchar obras de muy diferente factura y énfasis estético. Si hablamos de extremos, podemos decir que algunas suenan muy de vanguardia más radical, cercanas a las matemáticas, al aspecto arquitectónico de la música, junto a lenguajes que están próximos a la música del siglo 19 y en medio de ambos tenemos una proliferación de estilos”.
Pilar de la creación musical en México por su tendencia plural y de integración estilística tanto en la música acústica como en la electrónica, Javier Álvarez asegura estar perdido en su imaginación “siempre he sido muy ecléctico, me he pasado la vida experimentando en muchas áreas, me gusta probar de todo y he hecho proyectos que tienen características estilísticas muy diferentes. Algunas personas me dicen que suenan como si fueran del mismo compositor, así que por lo menos tengo la esperanza de que se reconozca que tengo una voz propia”.
El compositor informó que antes de salir de Mérida, Yucatán, donde radica después de vivir 25 años en Inglaterra, dedicado al trabajo creativo, concluyó una obra en homenaje al escritor Rubén Bonifaz Nuño, inspirada en su poema ‘Amiga no envejezcas’, por encargo del Instituto Nacional de Bellas Artes, para el Ensamble Tamayo, que la estrenará el 10 de diciembre en el auditorio de la Sociedad de Autores y Compositores de México. Después de su participación en Instrumenta Oaxaca regresará a crear una obra electroacústica para una exhibición pictórica y posteriormente se adentrará en una obra para orquesta. Además, el domingo 23 de noviembre, la Orquesta Sinfónica Nacional interpretará su pieza ‘De aquí a la veleta’, que escribió en 2013 por encargo de la Sinfónica de Minería, en un concierto-homenaje a Octavio Paz que tendrá lugar en el Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México.