Recuerdan a Nelson Barrera en su 12 aniversario luctuoso

OAXACA, Oax. 14 de julio de 2014 (Territorio Score).- Que lejos quedó el año de 1977 cuando el joven beisbolista de 19 años, Nelson Barrera Romellón conectó su primer jonrón.

Quién iba a imaginar que así comenzaría la historia y hoy leyenda de “El Almirante” quien a base de batazos cargados de kriptonita, haría suyo el record del legendario “Superman de Chihuahua”, Héctor Espino de 453 cuadrangulares. Esa marca está en el pasado, ahora los 455 jonrones del oriundo de Ciudad del Carmen encabezan la lista de los máximos cañoneros de la Liga Mexicana de Béisbol.

La fecha del 14 de julio del 2002, quedará marcada en la memoria de los aficionados a la pelota. La inesperada muerte de Nelson Barrera sorprendió a muchos, sobretodo porque un año antes había hecho suyo el record más buscado del beisbol mexicano.

A 12 años de su partida, esta fue quizá una de las últimas entrevistas de “El Almirante”, un carmelita que desde el cielo observa su deporte favorito.

¿Desde cuándo y por qué utiliza el número 21 en su gorra?

“Aproximadamente desde hace unos ocho o 10 años porque admiré mucho a don Héctor Espino, lo hago en respeto a una persona que valió mucho dentro del béisbol mexicano”.

¿Qué es el béisbol para usted?

“Es parte de mi vida, lo llevo dentro de mí desde hace 25 años”.

¿Cómo fue su primer encuentro con Espino?

“Amable, una persona muy sencilla, casi no hablaba, era muy callado, ayudaba a quien se lo pedía, jugué con él en Naranjeros de Hermosillo y otras veces en contra”.

¿De qué forma quiere ser recordado usted en el béisbol mexicano?

“Por lo que se hizo. Creo que es más bonito que te recuerden por lo que se hizo”.

¿Qué tan importante fue igualar el record de Espino?

“Muchísimo, ha sido uno de mis logros más importantes de mi carrera, ha valido la pena hacer este trabajo durante 25 años y llegar a esta marca que nunca se llegó a pensar, pero gracias a Dios podemos decir que este sueño se hizo realidad”.

-Y superar ese record su alegría fue aún mayor

“Claro, es una emoción que no se puede describir más que viviéndola en el momento. Lo más importante dentro de mi carrera ya lo hice, Dios pone las cosas por delante y él solamente las hace, no por superar esa marca voy a ser el mejor o a compararme con don Héctor Espino”.

¿Platicaban?

“El casi no hablaba, pero el consejo que me daba era que le pegara a la pelota porque el que no le tira a la bola no tiene derecho a batear, esa era una de sus frases”.

¿Para el béisbol mexicano que significa Héctor Espino?

“Mucho. Yo creo que si don Héctor no hubiera existido e impuesto sus marcas nada de esto pasaría. Daniel Fernández, Sommers y un servidor no habríamos superado los records de carreras anotadas, hits, dobles, jonrones y carreras producidas”.

¿Quién lo bautizó como “El Almirante”?

“Es un apodo que me puso el cronista Oscar “Rápido” Esquivel desde que llegué a la Liga Mexicana, cuando le pregunté por qué del sobrenombre no me quiso decir y así se me quedó”.

¿Qué le falta hacer en el béisbol?

“Es un deporte tan maravilloso y bonito que nos depara muchas cosas, de la noche a la mañana ocurren situaciones que nunca nos había pasado en la vida?

¿Espino es su ídolo?

“Mmm… tanto como ídolo no, porque no me gusta forjarme ídolos, lo admiré muchísimo, ha sido un símbolo a seguir dentro del béisbol”.

¿Usted es un ídolo?

“No sé”.

¿Le gustaría serlo?

“No sé”.

¿Se desesperó al batear sus últimos dos jonrones?

“Pues tanto como desesperarnos no, lo importante es que estuvimos conscientes que tarde o temprano iban a llegar”.

¿Qué hace en sus ratos libres?

“Mmm… descanso mucho, cuando no juego me gusta estar tirado en la cama viendo televisión, salir con mi esposa, hijos y nietos a comer una pizza o hamburguesas, dedicarme a mi familia”.

¿Cuál es su grado máximo de estudios?

“Primero de preparatoria”.

¿Qué le exigían sus padres estudia o jugar?

“Estudiar”.

¿Y por qué se dedicó al béisbol?

“Porque me gustó más que el estudio”

¿En qué piensa al llegar a la caja de bateo?

“En hacer mi trabajo, nada más”.

¿Qué siente al enviar la pelota fuera del estadio?

“Es una emoción que sólo se vive al momento del contacto”.

¿Qué otros deportes practica?

“Cuando estoy de descanso juego básquetbol con mi hijo”.

¿Qué lugar ocupa el béisbol en comparación con otros deportes?

“El número uno”.

¿Por qué le dicen el rey de los deportes?

“Porque es el único deporte o juego que tiene error, los demás deportes tienen pases equivocados”.

¿Si viviera Héctor Espino, qué le diría usted?

“Muchas gracias”.

¿Y que cree que le diría él a usted?

“Que no decayera, que hiciera las cosas para tratar de superarlas”.

¿Qué sacrificó por el béisbol?

“Mis estudios, familia, a mis padres, pero ha valido la pena”.

¿Se gana buen dinero en el béisbol?

“Pues no tan buen como uno quisiera, pero sí el necesario para subsistir”.

¿Cuánto ganó por primera vez con los Diablos Rojos?

“Mi primer contrato fue de tres mil pesos mensuales”.

¿Y ahora cuánto gana?

“No, no lo quiero decir”.

-Las pelotas con que igualó y superó la marca de Espino tuvieron una gratificación de 25 mil pesos a las personas que las regresaron…-

“Sí, ojalá me los hubieran dado a mí” (risas).

¿Fue justo ese precio?

“Yo creo que sí. Pues 25 mil pesos por regresar una pelota es buen precio. Lo más importante es que las regresaron personas que necesitaban el dinero. La primera la tomó un guardia de seguridad, él me dijo que su sueldo es muy poco y con esta ganancia recibió lo de casi un año de trabajo; y el otro fue un joven que trabaja en el estadio”.

-Los Diablos Rojos retiraron su camisa con el número 16-, ¿qué significa eso para usted?

“Es una satisfacción y un logro muy grande después de jugar con ellos 15 años, implantar marcas personales y dejar parte de mi juventud en esa organización”.

ESTE FUE EL ALMIRANTE

Nelson Barrera Romellón nació en Ciudad del Carmen, Campeche el 17 de octubre de 1957. Hijo único de Manuel Barrera y María Nidelbia Romellón. Después de que sus padres se separaron, su mamá casó con Enrique Díaz Rivero con quien tuvo siete hijos, Jorge Enrique, Felipe, Emilio, Anabel, Gabriela, Francisco y Carlos serían los hermanos de “El Almirante”.

Nelson Barrera Romellón contrajo matrimonio con Beatriz Hernández, con quien procreó a Katia y Nelson.

Debutó como profesional con la franela de los Diablos de México jugando la tercera base, además jugó para Tecolotes de los Dos Laredos, Piratas de Campeche, Guerreros de Oaxaca y Naranjeros de Hermosillo de la Liga del Pacífico. Fue campeón con los Diablos en 1981, 1985 y 1987, y con Guerreros en 1998 siendo manager y jugador. Fue tricampeón con Tomateros de Culiacán. Fue nombrado el jugador de la década de los 80. Asistió a 17 juegos de estrellas. Bicampeón productor de carreras. Asistió a siete Series del Caribe y en cinco ocasiones fue electo el mejor tercera base del equipo ideal.

Después de implantar el record de 455 jonrones con Guerreros, los Diablos Rojos lo invitaron a jugar para la temporada 2002, se resintió de una lesión, fue operado y decidió dejar la institución para enrolarse con los Piratas de Campeche como manager, pero debido a una mala racha dejó el cargo, desempeñándose después como Director del Instituto del Deporte de Campeche, función que tuvo hasta el día de su muerte. En el 2003 ingresó al Salón de la Fama de la Liga Mexicana de Beisbol.