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MÉXICO, DF. 10 de diciembre de 2013 (Quadratín).- El dictamen de reforma energética, presentado por el gobierno de Enrique Peña Nieto, el PRI y PAN, liquida la mayor riqueza nacional y por el saqueo que habrá de la Nación es similar a la traición de Santana cuando entregó la mitad del país a los Estados Unidos, señaló el senador del PRD Benjamín Robles Montoya, al fijar ante el pleno su posicionamiento en contra de la reforma al artículo 25 constitucional.
En su exposición Robles Montoya habló sobre los conflictos y problemas que han traído a otras naciones el otorgamiento de contratos de producción compartida y licencias que pretende entregar el Gobierno de la República a empresas extranjeras para la explotación de los hidrocarburos nacionales.
“Con este tipo de contrato resulta muy difícil determinar el costo de producción y el costo de operación, es decir, las negociaciones o el pacto o los acuerdos con las empresas serán inciertos y ambiguos, fácilmente manipulables para su beneficio, por supuesto, me refiero a contratos inflados, discrecionales, arbitrarios, y si ahora Pemex está cundido de corrupción con esa figura de contratos el desfalco, el saqueo, el atraco a la Nación será mayúsculo”, alertó el legislador oaxaqueño.
Un ejemplo de la corrupción por venir, adelantó, será cuando Pemex y la empresa contratista se asocien y conjuntamente negocien con el Estado. Por lo que, el fin ulterior de estas modificaciones constitucionales consiste en fomentar riquezas personales de manera ilegal, a costa de la colectividad.
Y es que mencionó que estos contratos se usan sólo en países subdesarrollos e históricamente se caracterizan por generar escenarios de conflicto, juicios multimillonarios de arbitraje internacional, renegociaciones, reestructuraciones rezagos sobre costos sustanciales.
Asimismo, comentó que es una falsedad que las empresas que se vean beneficiadas con estos contratos vayan a realizar un aprovechamiento sustentable de los recursos naturales nacionales y mucho menos que el costo de los energéticos vayan a bajar.
“Lo que se busca con esta Reforma Constitucional es legalizar la ilegalidad prevaleciente toda vez que las grandes transnacionales demandan seguridad jurídica, y esa afirmación de que van a bajar los costos para los consumidores de la electricidad no es sostenible, es una vil mentira; ninguna experiencia internacional muestra que la privatización eléctrica se vaya a reflejar en una disminución de los costos”, señaló el legislador perredista.
Igualmente, expuso, eso de que la privatización genera energías limpias y sustentables y mejora tecnológica es falso. “No hay una sola experiencia en los distintos casos internacionales que demuestre que privatizar significa contribuir a la reducción de emisiones que producen el efecto invernadero. Engaños y mentiras, eso es en lo que está fundamentada esta Reforma, y bajo esos engaños es que ustedes quieren legislar hoy”, reprochó.
Precisó que el Estado no puede controlar a las compañías petroleras, no las puede obligar a que usen mejor tecnología, no las puede obligar a que inviertan más allá de lo que ellas quieren invertir, no las puede obligar a que realicen una explotación racional, atendiendo el interés nacional.
Puntualizó que aprobar la reforma energética privatizadora será similar a la traición de Santana cuando entregó la mitad del territorio nacional a los Estados Unidos en 1848 o cuando aplaudieron a Gustavo Díaz Ordaz en su informe de gobierno a poco meses de la masacre de Tlatelolco en 1968 o también a la recesión económica de 1982 o el fraude electoral y calificación de la elección presidencial de 1988 o al silencio cómplice ante una guerra contra el narcotráfico que sigue cobrando la vida de miles de mexicanos.