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Bloquean vecinos de la Gómez Sandoval por obra inconclusa
Oaxaca, Oax. 17 de abril del 2012 (Quadratín).- Ese tronco déjenlo hasta ahí, ya no le corten más porque ahí está un oso, dijo Ricardo López Pinacho a los empleados municipales que sierra en mano derribaron un enorme eucalipto que representaba un riesgo para vecinos y automovilistas en caso de venirse
abajo con las lluvias.
A partir de ese grueso tallo enraizado bajo la banqueta, con el auxilio de una sierra, machete y gubias, las manos de Ricardo empezaron a dar forma al enorme Oso grizzli que estaba en su cabeza y que hoy luce casi terminado sobre la calle Amapolas en la colonia Reforma.
La cabeza, los ojos, la nariz, las garras, el pelambre, las pezuñas, el oso entero surgió de la imaginación y de las manos de un hombre sencillo de 49 años, originario de San Mateo Río Hondo, en Miahuatlán, Oaxaca, para quien sus creaciones, su trabajo, no tienen ningún misterio.
Así, yo nada más veo el tronco del árbol, hago una proporción en mi mente y ya sé qué figura puedo hacer. Yo voy a la segura. Desde los cinco o seis años yo hacía figuras con el chicle que masticaba, con hojas, con raíces, con piedras. Puedo dibujar, pintar, hacer esculturas de barro, de yeso, de cemento. Soy artesano, escultor, dibujante, pintor; no estudié nada de esto, es un don que Dios me dio.
Durante una pausa en la faena, mientras conversa con peatones que se detienen a fotografiar al oso de casi tres metros con su teléfono celular, Ricardo observa detenidamente el acabado de su obra y platica cómo fue que empezó a labrar estas piezas en distintas partes de la capital oaxaqueña.
Un día fui al Municipio a vender unas figuras: un águila, una cabeza de lobo, un toro. Me atendió el Secretario Municipal y me preguntó por qué no hacía unas esculturas con los troncos que quedan de los árboles que se derriban en la ciudad. Yo le dije adelante y me puse a trabajar. Llevo ya 5 piezas: una cabeza de jaguar de un metro de alto allá por el periférico, una mano de dos metros en el Panteón General, un carnero en el monumento a Brígida García y una rana en la calzada Héroes de Chapultepec.
El municipio le paga a Ricardo López Pinacho jornadas diarias de siete horas para que vaya esculpiendo distintas figuras con los restos de árboles que van quedando en varios puntos de la ciudad. Por su cuenta, él trabaja por las tardes y los fines de semana en su taller ubicado en Arrazola, Xoxocotlán.
Ahorita estoy haciendo un tigre de tres metros de largo, va a quedar impresionante, comenta mientras se acomoda el sombrero y retoma el machete para continuar detallando el Oso grizzli que ya forma parte del paisaje en la parte norte de la ciudad.