Bloquean vecinos de la Gómez Sandoval por obra inconclusa
OAXACA, Oax. 20 de diciembre de 2014.- En esta temporada invernal aumentan los casos de infecciones respiratorias, pero sólo alrededor de 15% requiere de un antibiótico para curarse,.
De acuerdo con la Secretaría de Salud federal un 75% de las enfermedades respiratorias, como el resfriado común, influenza, bronquitis, tos y la mayoría de las infecciones de garganta, no necesita antibióticos para controlarse.
Estos medicamentos se utilizan para tratar la infección de garganta cuando se debe al estafilococo betahemolítico, o combatir infecciones de oído en menores de dos meses de edad, entre otros padecimientos, pero sólo el médico puede determinar si se requiere o no.
Así por ejemplo, si alguien se enferma 10 veces al año sólo dos o tres de ellas requerirá de un antibiótico.
Hay quienes ante la presencia de síntomas gripales, de inmediato consumen el antibiótico que les quedó de un episodio pasado y que les recetó el médico, lo que presenta un riesgo porque puede ser que no lo necesiten, pero además lo toma en dosis inadecuadas y no termina el tratamiento porque sólo tiene unas cuantas pastillas o cápsulas.
Esa forma indebida de tomar antibióticos puede ocasionar que las bacterias se vuelvan resistentes al medicamento y la persona cuando realmente lo requiera ya no se cure.
También puede provocar reacciones adversas, desde diarrea o afecciones de la piel, hasta choque anafiláctico.
Asimismo, hay un tipo de antibiótico como el aminoglucósido, que causa daños graves en el oído, riñones y huesos en menores de edad.
Autoridades de salud llaman a los padres de familia a no dar ni ingerir el medicamento que les quedó de un episodio pasado de enfermedad, porque aún cuando los síntomas sean parecidos, puede tratarse de otro agente infeccioso y si el médico no lo recetó, se puede complicar el cuadro.
De igual forma, es importante concluir el tratamiento y acudir con el médico cada vez que se tengan problemas respiratorios, porque no siempre se trata del mismo virus o bacteria, aun cuando otra persona de la familia también esté enferma.