Seis años de impunidad: no hay #JusticiaParaSol
Oaxaca, Oax, 30 de mayo del 2011.-
Señor Presidente, Felipe Calderón Hinojosa:
El próximo martes, 31 de mayo del presente año, acudiremos en marcha a la residencia oficial de Los Pinos 25 mil ciudadanos, todos pertenecientes a los estratos más pobres, marginados y olvidados de nuestra sociedad, a solicitarle respetuosamente escuche usted, de manera directa y personal, lo que aquí resumidamente publicamos.
1.- Llevamos más de 20 días estacionados día y noche a las afueras de la Secretaría de Gobernación (SEGOB), en demanda de que su titular, el licenciado Juan Francisco Blake Mora, se digne intervenir para que se dé cabal cumplimiento a los compromisos pactados y formalmente rubricados por los licenciados Raúl Ibáñez y Carlos Reynoso, en representación de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), que encabeza Heriberto Félix Guerra, y de la propia SEGOB, respectivamente, con una comisión plenamente representativa de los demandantes, sin que hayamos obtenido, hasta el día de hoy, nada más que la soberbia callada por respuesta. Dicho acuerdo fue firmado el día 22 de febrero de este mismo año, y se encuentra a disposición de quien quiera corroborar la veracidad de lo que aquí decimos, en nuestra página de Internet www.antorchacampesina.org.mx
2.- Demandamos también que la SEGOB cumpla su compromiso, igualmente signado por su representante oficial, de concluir y poner en marcha varias obras de extremada urgencia y de elemental justicia para los marginados, tales como agua potable, drenaje, pavimentos y caminos, en el empobrecido municipio serrano de Tlanchinol, municipio de la Huasteca Hidalguense que a su atraso secular suma, ahora, el despotismo, la visión altamente retrógrada y elitista y la catadura represiva (que no se detiene ni siquiera ante el crimen y la violación abierta de la ley) de su alcalde en funciones, un ex policía judicial llevado al poder por el Partido Acción Nacional que ha llegado al grado de ordenar prender fuego al plantón que los indígenas sostienen frente a la presidencia municipal, sin importarle la presencia de ancianos y niños.
3.- Los jornaleros agrícolas de Sinaloa y Sonora, afectados por las terribles y atípicas heladas de principios de este año y que usted conoce y tiene bien dimensionadas, señor Presidente, sufren hambre y todo tipo de privaciones junto con sus familias en virtud de que los magros recursos destinados para apoyarlos han resultado, como era evidente que sucedería, totalmente insuficientes: el Programa del Fondo Nacional para Desastres Naturales (FONDEN), se limitó al reparto de unas cuantas cobijas y despensas; el Programa de Empleo Temporal les entregó poco más de 1500 pesos a cada familia y a renglón seguido declaró, terminantemente, que el programa está cerrado; los apoyos para proyectos productivos siguen sin aterrizar a pesar de la emergencia de la situación, entrampados en la tradicional maraña burocrática que hace siempre acto de presencia en estos casos. Todo esto y más ha sido expuesto, una y otra vez, por nosotros, tanto ante la SEDESOL como ante la SEGOB, y la respuesta ha sido la misma que si nos hubiésemos quejado ante el Muro de las Lamentaciones.
4.- Demandamos, señor Presidente de la República, que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes dejen de poner obstáculos artificiosos a la construcción de varios caminos rurales, cuyos recursos fueron etiquetados por la propia Cámara de Diputados al aprobar la ley de egresos de la Federación. Tales obras no benefician, como entiende cualquiera, sólo a los miembros de nuestra organización, sino a muchos miles de habitantes del campo que padecen desde hace siglos la incomunicación y todas las secuelas de marginación y pobreza que se siguen de su aislamiento e incomunicación, en estados con grandes carencias como Zacatecas, Guanajuato, Jalisco, San Luis Potosí, Hidalgo y Querétaro, entre otros; igualmente está detenida la construcción del distribuidor vial conocido como Cerro del Elefante, en el Estado de México. No existe ninguna razón atendible, ni presupuestal ni técnica, que justifique esta demora; por tanto, tenemos que concluir que se trata de una maniobra totalmente arbitraria que obedece a motivos políticos.
5.- No es la primera vez, señor Presidente, que se ponen en marcha guerras mediáticas de lodo para descalificar nuestras modestas peticiones y desprestigiarnos mediante calificativos denigrantes, insultos y francas calumnias incriminatorias. Tales campañas son encabezadas por individuos venales y sin escrúpulos que, amparados en su prestigio y en el poder que les da el espacio noticioso que detentan, como el señor Ciro Gómez Leyva, nos atacan y acusan sin ninguna prueba seria, incluso sin la mínima sindéresis o coherencia lógica que respalden su dicho. Pero en México todo mundo sabe que estos deshonrados personajes no hablan nunca por sí mismos ni gratuitamente; obedecen siempre a intereses superiores a ellos, poderosos y ocultos, que son los que les mueven el cerebro y la mano mercenaria. Hoy queremos dejar claro ante usted, Señor Presidente de la República, y ante el país entero, que rechazamos enérgicamente que quienes manejan volúmenes importantes de recursos que forman parte del erario nacional, tan penosamente formado entre todos los mexicanos, los empleen para financiar este tipo vergonzoso de guerra sucia en vez de destinarlos a paliar carencias enormes como las que aquí detallamos nosotros. Debe haber conciencia, en el país y en quienes dirigen en alguna manera y medida su destino, que tal política es altamente desestabilizadora y peligrosa para la paz social en cualquier momento, pero más aun en estos tiempos de grave aunque larvada inconformidad de las mayorías y abiertamente opuesta a los intereses de quienes aspiran a seguir gobernando nuestra patria.
Quienes exponemos y demandamos todo lo anterior, Señor Presidente, no somos, ciertamente, gente distinguida, rica o poderosa que merezca la atención pronta y expedita de los altos funcionarios a quienes nos hemos dirigido hasta hoy, tal como nos lo han hecho sentir, sin ninguna duda, a través de su silencio y de su guerra mediática. Pero sí formamos parte, sin ninguna duda, de lo más valioso que puede tener un país que se precie de democrático como el nuestro: somos ciudadanos mexicanos en pleno goce y disfrute de los derechos que nos otorga la ley de leyes, trabajadores y amas de casa, campesinos, jornaleros agrícolas que con su trabajo humilde pero cotidiano y sin descanso, contribuyen a crear la riqueza nacional, a pesar de lo cual estamos condenados a enfrentar diariamente una vida de privaciones y miseria que muchos altos funcionarios no llegan a soñar siquiera, mucho menos a entender. No merecemos, por tanto, ni de la SEGOB ni de ninguna otra Secretaría de Estado, la callada por respuesta ni el rudo y ofensivo trato que nos dispensan como si fuéramos sólo una molesta turba de haraganes e irresponsables que vienen a turbar la tranquila paz de sus oficinas. Tenemos derecho pleno, inalienable y constitucional, a recibir y disfrutar la parte proporcional de la riqueza colectiva a cuya creación contribuimos tanto como el que más; no pedimos limosna pública ni gracioso favor; queremos verdadera justicia social y nada más.
Éstas son, en síntesis, Señor Presidente, las razones que nos obligan a acudir ante usted en busca de mayor visión política, espíritu de justicia y equidad y altura de miras, tal como corresponde al representante de todos los mexicanos. Nuestra manifestación será multitudinaria, sí, pero respetuosa con el derecho de todos, respetuosa con la racionalidad en el pensar y en el actuar a que está obligado todo hombre y mujer que vive en sociedad, y respetuosa hacia la alta investidura con que lo ungió a usted el voto libre de los mexicanos. Esperamos una muy elemental reciprocidad como respuesta.