Economía en sentido contrario: Banamex
MÉXICO, DF. 8 de mayo de 2014 (El Universal).-A nadie le importa —además del pequeño grupo de Mexicanos Primero, que no para en la denuncia— la tragedia y la vergüenza que vive la educación en México. Poco importa al gobierno federal, a los gobiernos estatales y municipales. Tampoco le importa al Congreso y a sus diputados y senadores.
La tragedia y la vergüenza educativas tampoco importan a los políticos y líderes de partidos —sean de la derecha, la izquierda o el centro—, y mucho menos importa a quienes apuestan por el fracaso del gobierno de Peña Nieto, sean cineastas, políticos resentidos, perdedores electorales o profesionales del “no”.
A pocos les importa que el verdadero robo del siglo no sea la reforma energética o la de telecomunicaciones; tampoco la participación privada en Pemex. No, el verdadero robo del siglo se lleva a cabo cada año —y desde hace muchos años—, a los ojos de todos y nadie se atreve a decir nada. Y ese robo se llama pago anual de 35 mil millones de pesos a 398 mil maestros aviadores que reciben salarios y, en realidad, no existen y no dan clases; que defraudan a millones de niños que no reciben educación.
A nadie le importa que con esos 35 mil millones de pesos bastaría para incluir a todas las niñas y niños de tres años en el preescolar; para incorporar a seis millones de jóvenes al programa de becas “Jóvenes con oportunidad” o para habilitar 35 mil 780 escuelas. Es decir, ese dinero anual serviría para habilitar 14 escuelas en cada uno de los casi 2 mil 500 municipios del país. Con ese dinero miles de escuelas podrían tener agua, baños, bancos, maestros, techo.
A nadie le importa el triste y vergonzoso papel del señor Gabino Cué, acaso el peor gobernador en toda la historia moderna mexicana, a quien la mafia de la CNTE volvió a dar un ultimátum para entregar las escuelas que tiene en su poder el SNTE —y en donde sí dan clases—, y que pretende recuperar la CNTE, mafia que defrauda y saquea al país.
A nadie le importa que la policía de Oaxaca haya hecho presos a padres de familia que habían recuperado escuelas que estaban en manos de los mafiosos maestros de la CNTE —para que sus hijos pudieran contar con educación—, en lugar de haber detenido a los que defraudan la educación. A nadie le importa que en Oaxaca el gobierno estatal solape todas las fechorías de la CNTE y encarcele a los padres de familia que quieren educación para sus hijos y retenga el salario a los maestros que si dan clases.
A nadie le importa que —en medio de la burla generalizada—, el señor Gabino Cué haya designado a Gilberto Sánchez como titular del IEEPO —que es la Secretaría de Educación Estatal—, y que horas después los mafiosos de la CNTE hayan obligado a Gabino Cué a destituirlo. Más aún, en abierta señal de que en Oaxaca manda la CNTE, el líder de la Sección 22 de la CNTE, Rubén Núñez, aseguró que el magisterio “no permitirá la imposición de un nuevo secretario de Educación en el estado”.
A nadie le importa que en Oaxaca el estado de derecho sea inexistente; que no exista gobierno estatal, que Gabino Cué sea un títere de los intereses de la CNTE y que en esa entidad el atraso educativo sea de los mayores del país.
A nadie le importa que, a pesar de la controversia constitucional interpuesta por el gobierno federal, en el estado y el Congreso de Oaxaca no existan señales de que les importe armonizar su legislación local a la reforma constitucional en materia educativa y a la ley reglamentaria.
¿Qué tiene que pasar —después de todo lo anterior—, para que el presidente Enrique Peña Nieto tome cartas en el asunto en el robo más grande del siglo? ¿Qué tiene que pasar para que la PGR realice una investigación más allá de la que realiza contra la profesora Gordillo? ¿Qué tiene que pasar para que líderes sindicales coludidos en el robo más grande del siglo acompañen a la señora Gordillo en la prisión? ¿Quién tiene que acabar con la sangría anual de 35 mil millones de pesos del dinero de todos los mexicanos, que va a parar a los bolsillos de una mafia que traiciona a millones de niños?
¿Qué tienen que hacer gobernadores, legisladores, jueces para detener el robo más grande del siglo cometido contra la educación pública mexicana? ¿Qué tiene que pasar para que sean castigados los responsables? Seguramente necesitaremos muchos premios Oscar. Al tiempo.
EN EL CAMINO
Por cierto, en la casa de Morelos, donde fueron asesinados dos respetados profesores universitarios, también vivían dos asesores del gobernador Graco Ramírez. ¿Qué ocultan? Además de los videos, claro.