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OAXACA, Oax. 17 de abril de 2016.- El Mezcal es uno de los íconos culturales e históricos más famosos de Oaxaca. Esta emblemática y ancestral bebida, hipnotiza y seduce el paladar de infinidad de consumidores estatales, nacionales y extranjeros, por su sabor y sus sensaciones producidas, se informó en un comunicado.
Esta fuerte atracción que el Mezcal produce se vive de una forma muy peculiar en la Ruta Caminos del Mezcal, un viaje por 6 municipios próximos a la ciudad de Oaxaca, donde se puede experimentar el universo que envuelve a la producción de este elixir.
La ruta inicia de manera formal en el municipio de Santa María el Tule, pasa por San Jerónimo Tlacochahuaya, continúa en Teotitlán del Valle, sigue su recorrido por Tlacolula de Matamoros, San Pablo Villa de Mitla y finaliza en Santiago Matatlán, conectando también con el destino turístico Hierve el Agua.
Habitantes y visitantes pueden vivir este recorrido por los Valles Centrales de Oaxaca, donde la cultura y cosmovisión que envuelve al Mezcal se entremezcla con las usanzas y el arraigo de las y los oaxaqueños.
La Ruta Caminos del Mezcal representa una aventura que engloba lo paradisiaco, lo mítico y lo sensorial.
A lo largo de ella, infinidad de palenques y fábricas de Mezcal dan cuenta del proceso artesanal de creación de esta bebida. Además, los paseantes podrán adquirir mezcales de diferentes variedades de maguey, imprimiendo cada uno aromas y sabores especiales.
Las andanzas comienzan en Santa María el Tule, cuna de un legendario y gigantesco ahuehuete, enraizado desde hace más de 2 mil años. Este bello árbol ha sido testigo de infinidad de historias y ha encarnado caprichosas formas en sus raíces y ramas. Su frondosidad (40 metros de alto, 45 metros de circunferencia y un peso aproximado de 636 toneladas) es digna de admiración.
San María del Tule cuenta también con bellas muestras de arquitectura barroca como el retablo principal y la Capilla del Rosario del Templo de Santa María Asunción, santuario ubicado a un costado del colosal ahuehuete.
La siguiente parada es San Jerónimo Tlacochahuaya, localidad que conjunta bienes tangibles e intangibles de la cultura oaxaqueña.
El arte barroco es desbordante en Tlacochahuaya, prueba de ello es el Ex Convento de San Jerónimo, donde el visitante podrá envolverse en la magia sus retablos, sus muros pintados al fresco y su impresionante órgano tubular.
Asimismo, en sus alrededores se pueden visitar yacimientos prehispánicos como Dainzú o practicar turismo de naturaleza como el vuelo en globo o el ciclismo.
Teotitlán del Valle es la siguiente estación. Esta localidad es reconocida a nivel mundial por su tradición artesanal, emanada en los talleres textiles de telar de madera. Artesanos locales crean mágicas piezas de lana tintadas con pigmentos naturales como cempaxúchitl, grana cochinilla y añil.
Otras experiencias imperdibles en Teotitlán son visitar los talleres de cocina tradicional, recorrer la Presa Agua Azul, caminar por Las Cuevas y admirar el Templo de la Preciosa Sangre de Cristo, labrado en cantera.
El trayecto sigue su cauce en Tlacolula de Matamoros, sitio que profesa pasión a través de su mercado y su templo. Infinidad de productores de la región se congregan en este tianguis dominical que data de la época prehispánica, siendo uno de los más surtidos y concurridos.
El Templo de Santa María Asunción es una joya del barroco mexicano, destacando sus relieves de cal y sus decorados con hoja de oro.
Los alrededores de Tlacolula de Matamoros revelan otros tesoros imperdibles como las zonas arqueológicas de Yagul y Lambytieco, las cuevas prehispánicas y el Zoológico Yaguar Xoo.
Las más grandiosas y esplendorosas zonas arqueológicas de San Pablo Villa de Mitla son el siguiente punto en la Ruta Caminos del Mezcal. Este asentamiento prehispánico fue en su momento un floreciente centro ceremonial zapoteco. La denominada “Ciudad de los Muertos” expone hermosas grecas labradas y sepulcros ancestrales.
En Mitla se puede vivir a la par la historia emanada en los Templos Católicos, construidos sobre plataformas piramidales zapotecas, así como la tradición artesanal en sus talleres textiles.
Finalmente, el máximo esplendor de las vivencias y cosmovisión del Mezcal se vive en Santiago Matatlán. Este municipio exhibe infinidad de fábricas de mezcal, donde turistas podrán experimentar el proceso de producción del mezcal, desde la cocción de las “piñas” del maguey, pasando por la molienda, fermentación y destilación.
Actividades como admirar el Templo de Santiago Apóstol (bello complejo arquitectónico con barda, cruces atriales, torres y campanario) y recorrer el Rancho Jabalí (centro de conservación de especies animales endémicas), forman parte del menú de experiencias de Matatlán.