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Reforma de maíz transgénico: ¿camino a soberanía alimentaria de México?
Segunda parte
Oaxaca, Oax. 12 de mayo 2012 (Quadratín).-En su historia reciente, la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, ha experimentado iniciativas de reforma que pueden distinguirse mejor si hablamos de modelos de universidad. Cada modelo, plantea una forma particular de ejercer la autonomía universitaria, de relacionarse con la sociedad y una manera de llevar a cabo la función académica.
El modelo de universidad democrática, científica, crítica y popular. Este modelo se formuló durante los años de 1971-1977. Ha sido, quizás, la propuesta de reforma universitaria más profunda. En este modelo el ejercicio de la autonomía se orienta por la necesidad de construir un gobierno democrático de la universidad, el estilo de ejercicio de la función académica prioriza la crítica al sistema de dominación; y su relación con la sociedad se define por el compromiso con el cambio social y la revolución.
Universidad de Excelencia. Durante el período de 1978 a 1982, la UABJO sufrió el surgimiento del porrismo y el desapego por la academia, misma que se ve condenada a ser un mero requisito escolar. En 1983, con la elección de Cesar Mayoral como rector, se planteó un nuevo modelo de universidad.
Este modelo centra el ejercicio de la autonomía en el mantenimiento del staus quo político; pero propone cambios en otras dimensiones de la vida universitaria. La función académica está determinada por parámetros de la llamada calidad educativa, y su relación con la sociedad se funda en la formación de profesionistas, pero sobre todo en el impulso a la investigación científica y la alta docencia. Es por tanto un modelo que en su relación con la sociedad, deriva en una propuesta elitista.
Universidad-Patrimonio. De 1985 al 2003, el fracaso de la propuesta de reforma a partir del modelo de universidad de excelencia, no eliminó la inercia, al menos en el discurso, de la construcción de una universidad de calidad, pero propició, más que un modelo, un referente ideológico: la universidad- patrimonio. Este referente es el que emplean los grupos de interés en la UABJO para adueñarse de algunas áreas de la universidad que consideran de su propiedad y que negocian cada vez que se elige nuevo rector. El concepto de autonomía universitaria sirve para impedir que grupos externos, incluyendo al gobierno del estado y al gobierno federal, quieran reclamar espacios en la institución y se usa, además, como un recurso de extraterritorialidad. La función académica es inercial y cumple la función de ocultar el saqueo de los recursos de la universidad. La relación con la sociedad en este referente es clientelar: quienes deseen ingresar a la UABJO (como alumnos o como docentes), deben pagar su cuota incrementando el poder de alguno de los grupos de interés.
Una constelación de ese tipo de grupos lo constituyen los sindicatos, tanto académicos como de personal administrativo de la UABJO. Estos grupos tienen un referente un poco distinto al de universidad-patrimonio, y es el de universidad-patrón. El referente de Universidad-Patrón, presenta a los miembros de los sindicatos como trabajadores explotados que al enfrentarse con las autoridades educativas, luchan por causas justas; se diluye entonces el compromiso con la academia y la sociedad, para darle exclusividad a los intereses gremiales; la autonomía así, pierde sentido.
Algunos elementos de los diferentes modelos y referentes, que surgieron durante la historia reciente de la universidad se mantienen hasta ahora; pero a partir del 2004, se integraron en un nuevo modelo representado por el Plan Juárez y el actual Plan Institucional de Desarrollo 2008-2012. Llamaré a este modelo, Universidad-Centrada en la Academia.
La Universidad-Centrada en la Academia, comparte rasgos con los anteriores modelos y referentes, pero se distingue porque la función académica se regula por parámetros de calidad educativa definidos externamente y administrados desde el centro del poder en México, representado por la Secretaría de Educación Pública.
El carácter supuestamente universal de los parámetros de calidad, sirve para justificar una política docente centrada en la noción de empleabilidad (competencias) y una política de investigación que profundiza las diferencias de productividad científica centro-periferia, castigando a las provincias.
El concepto de autonomía trata de substituirse por el de gobernabilidad y la relación con la sociedad es de corte populista.
Una de las principales deficiencias de éste referente es el propio concepto de calidad académica, mismo que resulta vago y metido con calzador en la teoría educativa, ya que su origen se localiza en la industria y el mercadeo.
La propuesta que hoy instrumenta el gobierno mexicano, retomó el concepto de universidad de calidad y a partir de éste, definió e instrumentó las políticas de apoyo a las instituciones de educación superior, enfatizando la empleabilidad como componente principal de la cálida de los egresados.
En el caso de la investigación científica, como he dicho, si bien la política oficial declara su interés por fortalecerla, el hecho es que el presupuesto para esta importante actividad se regatea y es del todo insuficiente.