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OAXACA, Oax., 8 de mayo de 2016.- El activista Richard Torres se casó de manera simbólica con el árbol del Tule, en Oaxaca, como parte de su campaña a favor del cuidado del medio ambiente.
Entre el sonido del caracol y con el repicar de las campanas se realizó la ceremonia que llamó la atención de turistas que recorrían el milenario ahuehuete, de más de dos mil años de edad, con el diámetro de tronco más grande del mundo y una altura de casi 50 metros.
Wenceslao Vásquez, de 94 años de edad, oriundo de Santa María El Tule fue el padrino de honor de esta ceremonia que por un momento, causó molestia entre quienes cuidan el famoso árbol; sin embargo, optaron por dejar que continuara el ritual.
El defensor del medio ambiente de Perú, dijo que la boda simbólica es un mensaje de amor, respeto y cuidado de la naturaleza, por lo cual se le ofrece al árbol una ofrenda compuesta de los cuatro elementos, tierra, aire, agua y fuego.
«Te pedimos permiso, te pedimos perdón porque en nuestra ignorancia te hemos hecho daño», dijo en su momento Rocío Morales, curandera tradicional quien dirigió la ceremonia, efectuada afuera del contorno del ahuehuete protegido con una valla metálica.
A esto, el activista aseguró que todos los países han dado respaldo a este proyecto, no obstante, el Comité le pidió 50 mil pesos para llevarlo a cabo.
«A mi me vale (…) que una sola persona se oponga, el árbol no es propiedad privada, todos somos dueños de la naturaleza y hay que respetarlo», indicó.
Richard Torres se ha casado con otros árboles en 7 ocasiones anteriores, en diversos puntos de Latinoamérica como Chile, Argentina, Bolivia, Perú, Brasil, Colombia, y ahora en México, en Santa María El Tule.
«Seguiremos así, plantando vida, plantando árboles, plantando paz. Queremos decirle al mundo que no talen los árboles, que la respeten porque es nuestra fuente de vida», dijo Torres.
En Latinoamérica se talan 2 millones de hectáreas de árboles y en México son 500 mil héctareas de bosques los que se dañan, aunado a la afectación a los ríos y al mar, precisó el activista peruano.
A cambio de esta boda simbólica, sembraron un árbol en el lugar.