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MÉXICO, DF. 8 de marzo de 2014 (El Universal).-«Se fue mi Heidi; ya va a estar mejor con Dios, ya no pudimos hacer nada», musita con un español entrecortado Eleazar Lorenzo Martínez, el joven padre de Heidi, de casi nueve meses de edad que falleció la noche del jueves víctima de Atresia biliar, y por la falta de recursos para lograr un trasplante de hígado.
El indígena zapoteca, junto con su esposa Irma Aguilar emprendieron una lucha por la sobrevivencia de la menor; organismos altruistas colaboraron para recaudar recursos, que no rebasó el 10 por ciento de la cantidad que se requería. La angustia y el dolor provocaron que la madre fuera internada en un hospital psiquiátrico en los días más difíciles.
Pobreza, fatal
La pareja es originaria de San José Tonaguía, una pequeña localidad indígena perteneciente al municipio de Santo Domingo Roayaga, en la Sierra Juárez, distante a unos 150 kilómetros de la capital.
El varón se dedicaba a las actividades agrícolas; ella, de 23 años de edad, a atender el hogar. Heidi nació el 12 de junio de 2013 y los padres notaron que la bebé tenía un color amarillento, a lo que no pusieron mucha atención.
Sin embargo, al paso de los días, se complicó el estado de salud de la menor, por lo que decidieron llevarla al Hospital Civil «Dr. Aurelio Valdivieso» de la ciudad de Oaxaca, donde no les dieron esperanza de vida, por lo que decidieron regresar a su pueblo, el 10 de diciembre pasado, a esperar el desenlace fatal.
Días después las esperanzas renacieron por lo que decidieron llevarla al hospital de Villa Alta, cabecera distrital de la región, de donde la refirieron al Hospital Regional de Alta Especialidad, en San Bartolo Coyotepec, al sur de la capital.
Sin embargo, de nueva cuenta fue referida, el 20 de diciembre, ahora al hospital del sector salud, «Dr. Manuel Velasco Suárez», ubicado en San Pablo Huixtepec, municipio distante a unos 40 kilómetros de la ciudad de Oaxaca.
Las esperanzas de vida fueron pocos; su caso se difundió y comenzaron a surgir grupos altruistas para apoyarla.
Enfermó de tristeza
Durante su estancia en ese nosocomio, la familia fue apoyada con víveres y ropa, informó el director, Luis Armando Flores; no obstante, para el trasplante se requerían unos dos millones de pesos, así como un hígado disponible.
En la desesperación y tristeza, además del agotamiento, Irma Aguilar enfermó y tuvo que ser internada una época en el hospital psiquiátrico «Cruz del Sur», en los Valles Centrales.
De acuerdo con el diagnóstico, Heidi nació con un problema congénito de sus vías biliares, Atresia biliar, que se caracteriza porque sus vías son muy pequeñas y no son funcionales.
Una asociación de payasos que se dedican a la risoterapia y una agrupación de jóvenes emprendieron por separado jornadas públicas para recaudar fondos, pero no se lograron juntar más allá de los 200 mil pesos.
El 5 de enero, con el apoyo de instituciones y particulares, Heidi fue llevada al Hospital Infantil de la ciudad de México, «Dr. Federico Gómez», donde fue valorada pero tampoco se pudo conseguir el trasplante de hígado, por lo que regresaron a la capital.
Esfuerzos insuficientes
Distintas organizaciones y particulares se sumaron a la causa de Heidi, como el grupo de payasos «Amigos de en recuperación», quienes promovieron el 24 de enero el denominado «Kilómetro del peso», a favor de Heidi; según informó Ramón Bautista, alias «Peinetazo», se lograron recaudar 19 mil 805 pesos, cuya cantidad íntegra fue depositada a la cuenta bancaria a nombre del padre de Heidi.
En entrevista, precisó que de ninguna manera se lucró ni lucran con las actividades proselitistas que realizan; en esa ocasión, el maratón efectuado en todo el día no es el único que han realizado en sus actividades, pues acuden a los hospitales a brindar servicios de risoterapia.
Por su parte, Mariluz Salazar, una de las promotoras de la asociación «Ayudemos a Heidi», informó que efectuaron una serie de actividades, en que se lograron recaudar unos 130 mil pesos; adicional a ello, aún se esperan otras donaciones provenientes de la ciudad de México y Estados Unidos, mismo que será entregado en su totalidad a sus familiares.
Entre otras acciones, realizaron rifas, boteo, venta de artículos en un bazar, esto último el pasado 9 de febrero, además de acompañar a la familia en distintos trámites. La asociación prevé continuar con su actividad altruista, ahora con otras causas.
Todo ello fue insuficiente, pues Heidi fue consumida por la infección, una cirrosis irreversible e insuficiencia hepática.
Este viernes al medio día, los padres recibieron el cuerpo de la menor y con el apoyo del DIF estatal, efectuaron un velorio, para trasladarla el sábado hacia su localidad natal.
«Pues ya qué vamos a hacer; mi hija finalmente fue una bendición; no conocíamos ni siquiera la ciudad de Oaxaca; no conocíamos México; no sabíamos que había gente que nos podía ayudar. Ella ya se fue con Dios. Nos regresamos al pueblo, a seguir la vida», dice Eleazar con resignación.
(Texto publicado en El Universal)