Diferencias entre un estúpido y un idiota
En Memoria del papá de mi amigo, el Magistrado Carlos Matute
MÉXICO, DF, 30 de marzo de 2015.- La entrevista televisada de la semana pasada al secretario de Educación, Emilio Chuayffet, fue afortunada para entender la naturaleza, los objetivos y los avances de la reforma educativa, así como los obstáculos que se han presentado, que no son nuevos, ni sencillos. En 1992, el acuerdo firmado por los gobernadores, el Ejecutivo federal y el SNTE, significó una desconcentración de los servicios educativos, no de una descentralización de la educación, entendida como el traslado de los recursos y las decisiones. Lo que ha generado todos los problemas que hoy estamos enfrentando, multiplicados los 16 años de vida del FAEB.
Los actuales funcionarios federales y estatales no son los responsables de un proceso realizado con prisas, sin evaluar las consecuencias de la decisión de la desconcentración, incluso se hablaba que se llevaría al nivel municipal, pero les ha toca resolverlo, y en ello hay avances, como la creación del INE y la oportunidad del FONE. En las entidades federativas también se realizan grandes esfuerzos.
El secretario mencionó los avances ciertos en 29 estados, que como dijo, suman siempre más que tres, sin embargo esos tres pesan mucho, entre otras razones por la crisis social y la pobreza en esas tres entidades federativas. No es fácil el asunto, tiene fuertes implicaciones políticas.
Por otra parte, la reconcentración de las nóminas, implica una mejor administración y control de los servicios educativos, lo que forzosamente se traducirá en una mejor calidad de la misma.
Quedó clara que la SEP no esta aislada, así como la coordinación institucional entre la misma y la Secretaría de Gobernación, esto es, no actúa cada quien por su lado, hay responsabilidades claras en la Ley. Por ello los problemas que aun persisten son competencia de otras dependencias, por ejemplo el presupuestal de Hacienda. Volvió a mencionar la posibilidad de plantear en casos como el de Oaxaca, la absorción de los sistemas educativos, igual que sucede en el Distrito Federal.
Recuerdo que en algún momento hubo gobernadores que plantearon la devolución de “la educación”, cosa que no prosperó porque lo hicieron aislados y porque nunca se descentralizó la educación. Además de los problemas conocidos, hay un problema real en las finanzas de las entidades federativas, que son los déficit originados en incumplimiento de compromisos federales desde hace muchos años y la mala aplicación de una fórmula que polarizó las desigualdades entre los estados, castigando a los más pobres y rurales, y haciendo una mala aplicación de la Ley de Coordinación Fiscal para el caso de la presupuestación del FAEB. Hoy el problema de los déficits de los 16 años de ese Fondo es importante.
Me parece adecuada la apreciación del secretario respecto a la intervención del gobierno federal, la de que se reabsorba el control total del proceso en las entidades en que no sea viable mantener una desconcentración limitada.
Esto significaría cambiar la naturaleza del IEEPO en Oaxaca, transformándolo en una Delegación de la SEP, lo cual sería una buena oportunidad de asegurar la aplicación de la reforma, para lograr que los maestros den clases, que cumplan con sus 200 días de clases por lo menos, que se castigue a los que falten, que sus méritos sean académicos, que no se hereden plazas o se vendan.
Esa opción, la de absorber nuevamente los sistemas educativos de algunos estados, me parece en el corto plazo inevitable y deseable.