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Cecilia Jiménez / Quadratín
Oaxaca, Oax. 14 de octubre de 2009 (Quadratín).- El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), de la Luz y Fuerza del Centro, es uno de tantos del sector público que gozan de privilegios laborales y elevadísimas prestaciones que no tienen ningún otro gremio del sector privado.
La productividad de estos sindicatos deja mucho qué desear y constituyen una carga enorme dentro del presupuesto público y representan dentro de este, el gasto irreductible y el elemento que imprime rigidez a cualquier intento de ajuste al presupuesto público, señaló el político oaxaqueño, Carlos Altamirano Toledo.
El caso de este sindicato y la empresa es un ejemplo de pago de favores a la sombra del poder y de irresponsabilidad política de un gobierno como el de PRI que gobernó a México de 1988-1994, aquel presidente rescató a la empresa del proceso de liquidación en que se encontraba y lo encumbró con cuantiosos privilegios y prestaciones, al mismo tiempo que utilizaron la empresa para reciclar políticos sin experiencia y conocimiento para su administración.
Por lo tanto su origen y extinción sólo se puede explicar por esas relaciones ocultas y perversas que caracterizan a la política mexicana y aún con la alternancia no se han podido extinguir y siguen imperando en muchas de las decisiones en materia económica, social y política del país.
Ahí tenemos a los sindicatos petroleros, al sindicato de Elba Esther Gordillo y tantos otros que existen en el sector público mexicano. Subsistencia a cambio de respaldo.
Con la desaparición de Luz y Fuerza del Centro (LYFC) y las afectaciones al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), el presidente Felipe Calderón, abre la posibilidad de un estallido social, pues existe el riesgo de la unión de los sindicatos del país, que de estallar en huelga, pondrían en jaque a la economía del país, manifestó Carlos Altamirano.
En entrevistas vía telefónica, el economista, manifestó que la desaparición de las 66 mil plazas en LYFC, generarán mayor descontento social entre los mexicanos, que se encuentran ya bajo un nivel de hastío por parte de las malas acciones por parte de la administración del gobierno federal.
Dijo que en el artículo 450 fracción sexta de la Ley Federal del Trabajo, ampara a los sindicatos del país que deseen apoyar al SME, y que de hacerlo, encendería la mecha para el estallido social.
Altamirano Toledo, manifestó que detrás de la liquidación de la empresa LYFC, existen diversos intereses, pues a pesar de estar presentando un juego mediático sobre los gastos que implicaba mantener la paraestatal y al sindicato, las declaraciones por parte de los líderes gremiales, el gobierno del presidente del desempleo, busca beneficiar a la iniciativa privada al desmantelar el patrimonio público y privatizar las empresas del país.
Resulta muy curioso que a menos de 24 horas de la liquidación de Luz y Fuerza del Centro, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), entregara nueve concesiones para televisión restringida –y lo peor de todo–, sin informar sobre quiénes son los beneficiados, apuntó.
Esto debido a que apenas el 30 de junio pasado, el director de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, Jorge Gutiérrez Vega y el dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas, Martín Esparza, solicitaron un título de concesión para operar la red de mil 100 kilómetros de fibra óptica y con ello ofrecer servicios de voz, audio y datos, lo que permitiría a la empresa entrar de lleno al negocio de las telecomunicaciones, a un costo más barato que las transnacionales, que han dejado al país en el abandono, ¿y ahora la SCT da nuevas concesiones?, hay que preguntarse el por qué, refirió Altamirano Toledo.
Falta claridad y transparencia esta decisión, pues dentro de toda esta maraña mediática con que pretenden manejar la información a nivel del gobierno federal, la verdad es que las intenciones de Felipe Calderón, puede ir más allá de un conflicto gremial, busca beneficiar a los empresarios y con ello, que apoyen su paquete fiscal.