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TEHUANTEPEC, Oax. 3 de enero de 2014 (Quadratín).-Aquí, el viento para la expresión cultural corre entre asuntos morales y pedagógicos. Marco Pétriz, dramaturgo y director teatral lo sabe y no le resulta sencillo realizar su arte dentro de los límites marcadamente municipales.
Su más reciente montaje, “El curandero de Dios”, culminó su temporada el pasado 29 de diciembre.
Fue su tercer montaje del año 2013, y parte de un trabajo permanente por más de 25 años en su natal barrio Jalisco, de Tehuantepec, desde donde crea y representa sus dramas inspirados en asuntos locales.
Becario del Sistema Nacional de Creadores, Marco Pétriz es uno de los teatristas más reconocidos a nivel nacional y entre sus montajes figuran “Ayer pasé por Tehuantepec”,
“Los instantes de Luz”, “Fin de fiesta” y recientemente “El curandero de Dios”.
-¿Cuántos años haciendo teatro en Tehuantepec? “Más de 25 años”, responde.
El artista sostiene la mirada, mira de frente, pleno y convencido. “En todo ese tiempo me cobijé bajo el manto generoso de mi pueblo, al que le tengo respeto y veneración”, comenta.
El 1 de enero, en el discurso de toma de posesión de las nuevas autoridades municipales, el teatro dejó de ser anhelo, inquietud de un pequeño grupo y pasó a convertirse en eje fundamental de una política de Gobierno.
Marco Pétriz, con su trabajo, hizo posible que los políticos dejaran de mirar costumbres y tradiciones, cultura, como un asunto popular que representa la aspiración de unos cuantos privilegiados.
-¿Cómo ves ahora tu trabajo y la respuesta que te otorga el público? Terminas la puesta “El curandero de Dios” con teatro lleno…
-La gente del municipio es más sensible a la convivencia con el teatro. La actividad teatral se convirtió en una referencia municipal. Y dentro de la comunidad teatral del país, este municipio se dignifica.
Llegan a ver nuestra puesta gente como Víctor Hugo Rascón Banda o Fernando de Hita. En el país ya se habla del teatro de Tehuantepec.
-¿Cómo fue el inicio de todo, lo recuerdas?
-No resultó fácil. Existieron comentarios agresivos de la comunidad hacia la expresión teatral.
Recuerdo una, pusimos en la explanada del palacio municipal una obra. Alguna persona, al ver la actuación de Gabriela, originaria de esta tierra, dejó caer el grito de “no le crean”.
Eran los inicios en que el arte era un hecho extraordinario. Ahora, con los años, la convivencia es más cordial con el pueblo.
-¿Cómo dramaturgo y director qué te significa permanecer en esta geografía local?
-El mundo violento municipal hace posible la magia de nuestra actividad, estoy agradecido porque se me permite hacer lo que hago.
-¿El hacer tu teatro en un territorio definido, el asunto municipal, no te acerca a unos riesgos, como hacer obras de carácter moral?
Marco Pétriz sostiene la mirada. Su cabellera peina canas, se le aprecia un rostro agobiado por el tiempo.
-Sí, mi teatro es moral– expresa luego de buscar argumentos para la respuesta-. En mi trabajo hago reflexión sobre la conducta de la gente. Una reflexión sobre los asuntos cotidianos que se podrían adaptar a cualquier geografía en el mundo.
Reitera, con esfuerzo por darse a entender: -Quiero trabajar para que nuestra gente llegue a tener una mayor calidad de vida. Pero no quiero cambiar al mundo, eso lo tengo claro.
-¿En estos 25 años no sientes que repites tu solución artística?
-No, siempre estoy en renovación a través de cursos y actualizaciones. Y con los actores, es lo mismo.
No son los mismos. Lo que es más, ahora ya existe en el municipio otra compañía teatral, otro teatro y ponen en escena otras obras de carácter distinto, lo cual me agrada.
-¿Por qué quedarse en Tehuantepec?
-Tehuantepec implica para mi expresión artística una gran necesidad de búsqueda y esa actitud de encontrar mi voz como artista le significa mucho tiempo el encontrar su espacio.
Y mientras lo encuentro escribo, dirijo, todo en este microcosmos llamado Tehuantepec.
-¿Tu teatro es político?
-Hago básicamente crítica social, en ese sentido sí es político. Mi trabajo se identifica con Tehuantepec, eso me viene del inconsciente. En algunas ocasiones es intencional, en otras simplemente se manifiesta como parte de una naturaleza creativa.
-¿Eres feliz en Tehuantepec?
-Sí, de aquí soy originario. La gente que yo quiero es de aquí. Le debo todo a Tehuantepec.
-¿Qué sigue en el trabajo de Marco Pétriz?
-Integrar a otras voces al teatro. Generar talleres, cursos; hacer experimentos en lo personal como dirigir la creación de otros autores.
-¿Ser miembro del Sistema Nacional de Creadores cambió tu visión para hacer teatro?
-No, el gobierno tiene la obligación de apoyar a los que trabajan. Y todo artista tiene la opción de buscar salidas para su expresión más allá de los apoyos oficiales del gobierno.
Para hacer este tipo de teatro municipal, que signifique a una comunidad en específico, toqué muchas puertas. Algunas se abrieron y otras no.
Reitera, convencido:
-Sigo creando, produciendo como cuando no tenía la beca. No por la beca ya no voy a tener libertad en lo que hago y escribo. No estoy pensando en el Gobierno todo el tiempo.