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OAXACA, Oax. 16 de noviembre de 2013 (Quadratín).- Con motivo del Día Internacional de la Tolerancia, el defensor de los Derechos Humanos Arturo Peimbert Calvo, hace un llamado a todos los niveles de gobierno, así como a los diferentes sectores de la sociedad para que trabajen de forma conjunta en promover la tolerancia, pues es un requerimiento necesario para generar un ambiente de paz.
Sostuvo que la intolerancia ha aumentado y como ejemplo podemos señalar la discriminación de la que fueron objeto los seis indígenas zapotecos de la región de Sola de Vega, a quienes personal de Aeroméxico les impidió abordar un vuelo con destino final a la ciudad de Hermosillo, Sonora, hecho por el que la Defensoría inicio un cuaderno de antecedentes DDHPO/CA/1054/(01)/OAX/2013, además de solicitar la intervención de la a Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y el Consejo Nacional contra la Discriminación (Conapred).
Agregó que es necesario comprender que la tolerancia puede y debe aprenderse, fomentando la comprensión y el respeto entre las personas para que la creencia religiosa, el género, la discapacidad, la orientación sexual o el origen étnico no sean un motivo de exclusión social, pues este rechazo provoca que las personas que lo enfrentan vivan en condiciones de desigualdad.
La Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca como organismo público, autónomo y ciudadanizado continuará trabajando para que el derecho a la no discriminación que está protegido por el artículo 1º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, sea plenamente garantizado por el Estado, así como ejercido por todas y todos .
El Defensor de los Derechos Humanos manifestó que es fundamental trabajar desde las instituciones en la promoción de la tolerancia y en contra de cualquier acto discriminatorio como una base fundamental para dirimir y prevenir conflictos.
La Organización de las Naciones Unidas considera que la tolerancia consiste en el respeto, la aceptación y el aprecio de la rica diversidad de las culturas de nuestro mundo, de nuestras formas de expresión y modos de ser. Toda persona es libre de adherirse a sus propias convicciones y acepta que los demás se adhieran a las suyas.