Capacitará Ford a estudiantes de la carrera automotriz del Conalep
Oaxaca, Oax., 22 de marzo 2011 (Quadratín).- Comienza con tos persistente, continúa con expectoraciones acompañadas de sangre, pérdida de peso y fiebre, esa es la tuberculosis una enfermedad contagiosa que de no tratarse de forma adecuada en los próximos cinco años puede causar la muerte en la mitad de las personas que la padecen, alerta el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Al ser considerada como zona endémica, el estado de Oaxaca registra diariamente 18 infecciones y tres muertes por cada 100 mil habitantes, ante ello el IMSS realiza un estricto programa de vigilancia epidemiológica, el cual ha permitido reducir de manera sustancial el número de casos y fallecimientos por tuberculosis, informó el médico epidemiólogo auxiliar de la Coordinación de Prevención y Atención de la Salud, Miguel Ángel Altuzar Figueroa.
Así mismo explicó que según estadísticas del sector salud, los adultos jóvenes (entre los 25 y 44 años) así como personas de la tercera edad (mayores de 65 años) son los que registran más probabilidades de padecer esta infección, la cual afecta mayormente a hombres que a mujeres con una relación de 64 a 36 por ciento, mientras que las regiones de la Cuenca del Papaloapan, Istmo y Costa, son las que concentran un mayor número de contagios.
Cabe destacar que la tuberculosis se disemina a través del aire, ya que cuando una persona infectada tose, estornuda o habla, genera que la bacteria se expanda y llegue a otros individuos, sobre todo si éstos tienen un sistema inmunológico debilitado, tal es el caso de pacientes con diabetes, virus de inmunodeficiencia humana (VIH) o desnutrición, ante ello y con el fin de evitar la propagación del bacilo, el IMSS recomienda a la población utilizar pañuelos desechables al toser o estornudar y desecharlos inmediatamente en recipientes o bolsas.
Para erradicar el padecimiento, los especialistas del IMSS brindan un tratamiento consistente en la combinación de cuatro medicamentos, generalmente tabletas o cápsulas, seis días a la semana durante dos meses, más tarde se continúa con una ingesta menor de fármacos por cuatro meses para completar el tratamiento y así eliminar el bacilo de Koch, el cual fue descubierto un 24 de marzo de 1882 por el doctor Robert Koch quien supuso el primer paso hacia el diagnóstico y la cura de la enfermedad.