Disuade Policía municipal violencia contra mujeres en Oaxaca de Juárez
OAXACA, Oax. 15 de septiembre de 2013 (Quadratín).- “¿Puedo pasar? ¿No está prohibido? Solamente voy a misa”, suplica la mujer ya entrada en años, en la esquina de Alcalá y Morelos. Va a la Catedral a limpiar su alma. Otro más pregunta a los policías. “¿Seguro que no va a haber problemas para entrar al Grito? Queremos venir con la familia, pero que tal si hay protestas…”.
Es el Centro Histórico de Oaxaca, que ahora luce radiante. Once de la mañana. Uno sol tímido e incrédulo se asoma entre los frondosos árboles del zócalo, despejado, radiante. Apenas 10 horas atrás y la víspera, era epicentro de protestas, marchas, antorchas, lluvias, suciedad y turismo ausente.
En domingo familiar, el rostro es otro. “Toc, toc, toc…”. El martilleo sobre la madera es constante. Son trabajadores que colocan los entarimados frente al Palacio de Gobierno. Enfrente, un sofisticado equipo de videovigilancia mira todo, todo.
En las esquinas frontales del viejo inmueble sede del Poder Ejecutivo, los artesanos de la pirotecnia preparan castillos y toda clase de artificios para la noche del Grito de Independencia.
Policías por doquier. Días atrás refugio-dormitorio-sanitario-
Como armas llevan tubas, trompones, clarinetes, trompetas y taroles. En lugar de rostros serios, alegría por ejecutar marchas típicas de las fiestas patrias.
La gente entra y sale por las cuatro esquinas del llamado Jardín de la Constitución; los cafés y restaurantes, llenos. Familias enteras, funcionarios municipales, todos, disfrutan de la alegre, festiva y fresca mañana. Meseros sonrientes con una jornada productiva.
Dos mujeres, madres, trabajadoras, pasan escobas y cepillos frente al palacio. Para ellas no hay fiesta ni colores mexicanos más que la faena cotidiana. Ni domingo.
“Toc, toc, toc…”, prosigue el golpe del martillo sobre los polines. Los serruchos ajustan. Uniformados obreros se afanan por terminar a tiempo. Equipos de sonido e iluminación se termina de posicionar.
Un presidente municipal que ensaya, al lado de regidoras y regidores, completa la inusual y pacífica mañana en la principal plaza pública de Oaxaca. Regio y serio, Luis Ugartechea ensaya la entrega de la Bandera Nacional hoy por la noche.
“A ver si ahora sí lo dejan entrar a Palacio, no como en la Guelaguetza”, mascullan trabajadores y guardias que pululan.
Es día de fiesta, es día de México, es día de Oaxaca. Mañana, quién sabe.