Dos meses de huelga, miles de asuntos pendientes
MÉXICO, DF. 28 de junio de 2015.- El periodista argentino Andrés Oppenheimer propuso una receta para la corrupción, que retoma del libro ‘La riqueza pública de las naciones’ en el que se plantea crear fondos nacionales de riqueza. Aquí el texto:
Un viejo chiste sobre la corrupción en América Latina que está circulando por internet dice que funcionarios de varios países tuvieron que contestar la misma pregunta: «Honestamente, ¿cuál es su opinión sobre el problema del hambre en el resto del mundo? «.
El funcionario suizo, asombrado, respondió: «¿Hambre? ¿Qué significa hambre?». El funcionario cubano, igualmente perplejo, contestó, «¿Opinión? ¿Qué significa opinión?». El funcionario estadounidense dijo «¿El resto del mundo? ¿Qué significa el resto del mundo?». Y el funcionario argentino dijo: «¿Honestamente? ¿Qué significa honestamente?».
La broma me vino a la mente al leer un nuevo libro titulado «La riqueza pública de las naciones», de los autores suecos Dag Detter y Stefan Folster, que propone una manera audaz para luchar contra la corrupción: la creación de Fondos Nacionales de Riqueza -como los que existen en Singapur y Austria- para evitar el uso discrecional de los bienes del Estado por parte de funcionarios gubernamentales.
Es una idea que valdría la pena explorar en América Latina, donde los escándalos de corrupción que involucran a empresas estatales y funcionarios públicos o sus parientes están en las primeras planas de Brasil, Argentina, México, Perú, Honduras, Guatemala, Panamá e incluso Chile, considerado durante mucho tiempo como el país menos corrupto de la región.
Cleptocracia
En Venezuela, los funcionarios públicos y los militares se han enriquecido tanto a costa del erario público que muchos se refieren a la élite «revolucionaria» como una «cleptocracia». Venezuela ha sido clasificado por Transparencia Internacional como el país más corrupto de América Latina, y uno de los más corruptos del mundo.
El viejo debate entre nacionalizar o privatizar es irrelevante, dicen los autores del libro
La receta tradicional contra la corrupción es la separación de poderes, junto con una prensa independiente.
Pero los autores de «La riqueza pública de las naciones» van un paso más allá, al decir que -además de una democracia que funcione- los países necesitan crear Fondos Nacionales de Riqueza, o empresas independientes dirigidas poradministradores profesionales para gestionar los bienes públicos, ya se trate de empresas estatales, edificios, o monumentos históricos.
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