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México, D. F., 03 de mayo 2011 (Quadratín).- Mientras no exista un cambio en la educación en México, no podrá darse la oportunidad a los periodistas y a los empresarios de medios de comunicación de tener la libertad de expresión que tanto se requiere, porque hoy es más fácil matar que cumplir la ley, refirió Armando Prida Huerta, Presidente de la Fundación para la Libertad de Expresión (Fundalex).
Hoy vivimos una época de terror porque todos hemos sido corresponsables al dejar perder los valores, y los periodistas es el hilo más fácil, si escribes en mi contra y no te puedo pagar, te puedo asesinar o te puedo secuestrar, es el mensaje, dijo Prida.
El titular de la Fundalex participó en el Foro Impunidad como limitante a la libertad de prensa y gobernabilidad democrática en el Siglo XXI, convocado por la UNESCO, la Cámara de Senadores y el Centro de Informaciones de las Naciones Unidas en México.
Prida Huerta mencionó que la impunidad ha permitido una ingobernabilidad y una gran censura y autocensura, ya que en este país se puede decir que los periodistas son libres de escribir lo que se quiera, pero también se puede garantizar que las consecuencias pueden ser la muerte, la prisión, el acoso fiscal, el descrédito, la injuria, la calumnia, puntualizó.
En el patio central del antiguo Palacio de Xicoténcatl, el presidente de la Fundalex participó en la mesa titulada Principales obstáculos y limitantes al ejercicio periodístico en América Latina. Ahí señaló que según cifras oficiales, el 68% de las agresiones en contra de los informadores provienen de funcionarios del gobierno y calificó a los grupos de presión políticos, como los de más peligro para los periodistas, especialmente en épocas electorales.
En esta mesa, que fue moderada por el Senador Javier Orozco Gómez, participó Ernesto Villanueva, investigador de tiempo completo del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y miembro de la Fundalex, quién se refirió a los obstáculos y limitaciones que enfrenta el ejercicio de la libertada de prensa en nuestro país y reiteró su preocupación por los actos de violencia que se cometen en contra de los periodistas.
También compartió esta mesa el periodista José Reveles, quién señaló que los periodistas deben de desconfiar por principio de la propaganda oficial, de las abundantes e interesadas versiones de una autoridad a la que le urgen más los reconocimientos mediáticos que resultados concretos, y es que en México los lenguajes públicos no expresan verdad, encubren segundas, terceras intenciones, en vez de información; se nos aturde con propaganda. En lugar de comunicación se quiere el adoctrinamiento.
Por último, criticó a las cúpulas empresariales de los medios masivos de comunicación y al gobierno, que emitan decálogos y quieran decidir quién, cómo, dónde, cuándo y de qué manera los periodistas deben de informar de la violencia que ya invadió la convivencia ciudadana.