Diferencias entre un estúpido y un idiota
Candidata candidota… o “ando volando bajo”
MÉXICO, DF, 20 de abril de 2015.-A Claudia Pavlovich –candidata del PRI al gobierno de Sonora– le han cortado las alas. El constructor Samuel Fraijo la dejó “tirada” en Ciudad Obregón; le negó el uso de su avión y advirtió no volvérselo a “rentar”.
Fraijo se pone el parche antes de la espinada. Conoce la historia del escándalo de La Casa Blanca de las Lomas y otros ruidosos alaridos inmobiliarios por el estilo; sabe que las sospechas por conflicto de interés pueden apestarlo.
De un tiempo para acá, tener amigos políticos es navaja de dos filos; los tratos preferenciales que solían inclinar contratos y licitaciones a favor, se han revertido; cualquier cercanía con el poder es garantía de suspicacia; el tufo de probables transas contamina.
El caso Pavlovich obliga a ser mal pensado. Intervenir como senadora para cambiar unas bases de licitación –previamente establecidas por la SCT– a fin de favorecer a su “amigo” Fraijo para construir una carretera no se hace todos los días. Ahora, la candidata candidota le subió al hervor… y se derramó la –mala– leche.
La Pavlovich se defiende diciendo que sí le “rentó” el avión a Fraijo, pero aún no ha presentado las facturas ofrecidas hace cuatro días.
Inmediatamente se cuestiona la legalidad del trato, toda vez que la aeronave tiene matrícula extranjera lo cual impide su arrendamiento en territorio nacional.
El escándalo es carambola de tres bandas. Involucra a la candidata priista, a la Secretaría de la Función Pública –obligada a investigar el papel de la SCT en el enredo– y al INE, que debe determinar una posible violación a las reglas electorales.
Como sea, la campaña priista en Sonora queda manchada.
La última encuesta de Consulta Mitofsky da al panista Javier Gándara una ventaja de cuatro puntos sobre Claudia Pavlovich… y contando.
EL MONJE LOCO: Había una vez un camaleón… lo mismo sabía de leyes, de quién es quién en los precios, de autodefensas, delincuencia organizada… o de deportes. Se llamaba Alfredo Castillo Cervantes, alias El Hombre Orquesta; tocaba virtuoso pitos y flautas; también lo llamaban El Mil Caras… de las mil respuestas, o El Comodín, Comodón. Del escándalo de la niña Paulette brincó a la PGR –encarceló a la maestra Elba Esther– lo mandaron a apagar el incendiado provocado por la #LadyProfeco, de “virrey presidencial” a Michoacán, donde medio fracasó… y ahora a forjar atletas de alto rendimiento… así corre veloz la historia de Alfredo Castillo. ¿Quieren que se los cuente otra vez?
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