Día 22. Palacio perdió dominio de la agenda de la crisis
MÉXICO, DF, 19 de enero de 2015.- Se acabaron los boletos para la rifa de Michoacán, un estado descompuesto donde la inseguridad no es un concepto abstracto.
La tierra de El Tata Lázaro ha sido en la última década una de las entidades federativas con mayores denuncias por homicidio doloso, secuestro y extorsión aunque el Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública (SESNSP) pretenda maquillar la realidad para hacernos creer que allá es más fácil morir a causa de accidentes viales o por intoxicación con tacos de maciza, espaldilla, bofe, cuerito, nana, costilla, oreja, tripa, trompa y cachete…
Las cifras oficiales reportadas van hacia un lado, mientras los medios de comunicación y el testimonio de las víctimas del horror criminal van por otro.
Luego de más de seis años de presencia militar, y de haber concentrado vastos recursos públicos e institucionales en la lucha contra el crimen y la violencia, miles de michoacanos siguen padeciendo la ausencia del Estado de Derecho y la conflictividad social derivada. Si bien la cuestionada intervención federal ha evitado un panorama peor, ha fracasado en remover los factores de la crisis, entre otras cosas, por falta de capacidad para resolver el crucigrama de los autodefensas…
En este contexto arrancan los tiempos políticos para elegir gobernador o gobernadora el 7 de junio.
Viejos conocidos volverán a verse las caras. Luisa María Calderón Hinojosa, José Ascensión Orihuela Bárcenas y Silvano Aureoles Conejo tienen la misma obsesión: ocupar el Palacio de Gobierno de Morelia y devolver a Michoacán la identidad perdida.
Los tres tristes tigres comparten pasado; se conocen de sobra. Todos fueron derrotados por Fausto Vallejo Figueroa; Chon Orihuela –así le gusta ser llamado– se quedó con las ganas en la interna priista de hace cuatro años; Silvano y Luisa María cayeron en la final, ella en un sospechoso cierre de fotografía, él, en un lejano tercer lugar.
Cocoa, Silvano y Chon son legisladores con licencia electos en 2012; los tres, “chapulines” profesionales.
Silvano y Orihuela asientan su poder en el mismo territorio, ambos pelean desde hace tiempo por los rumbos de Zitácuaro; ahí nació el aspirante del PRI, ahí se asentó el perredista. Cocoa es sicóloga y política chilango-moreliana; hasta le han dicho “loca”, pero con muchos de “esos”…
El pleito sin cuartel será por un Michoacán en las sombras, alejado de la luz apagada por la amenaza criminal latente, la corrupción, la debilidad institucional… y el miedo.
EL MONJE LOCO: Como veo Godoy. A Leonel, el último gober perredista de Michoacán le dieron base por bolas para no “poncharlo”; no será diputado por Lázaro Cárdenas, como pretendía; aceptó ser enlace estratégico de la dirigencia Chucha en Guerrero, ¿para limpiar el regadero de sangre y mugre derramadas por su gente?
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