Día 22. Palacio perdió dominio de la agenda de la crisis
MÉXICO, DF, 23 de enero de 2015.- Júbilo en Morelia, pero más en Apatzingán y la Tierra Caliente; llegó a su fin el moderno “virreinato”.
Alfredo Castillo Cervantes no resistió el temporal previo a la inminente de cosecha electoral… era de esperarse; todo por servir se acaba y acaba por no servir.
La salida de Comisionado Federal en Michoacán era clamor de tirios y troyanos… y para calmar los ánimos, mucho ayuda quien no estorba.
Todos exigían la renuncia del “arrimado” presidencial, desde los “tres tristes tigres” candidatos a la gubernatura y el mismo mandatario interino, hasta la opinión pública y la publicada.
Aquí dijimos el martes: “no es capricho de Silvano, Cocoa y/o Chon pedir la salida del Comisionado; nada dañaría más al próximo mandatario estatal que la sombra del pro-cónsul; el poder no se comparte ni admite confusiones”… pero cuentan las palomas mensajeras de una voz que pesó más que las demás.
El priista Chon Orihuela pidió la salida del “virrey”, tan pronto como logró la candidatura de unidad; el deseo fue concedido de inmediato desde la cumbre del poder político.
Nadie llega a rellenar el hueco, no habrá más pro-cónsul omnipotente. Sin Virrey y sin Castillo tampoco habrá lugar a confusiones; mandará quien tenga que mandar, es decir, quien gane en las urnas el 7 de junio.
Mientras tanto, como único enviado de Los Pinos sólo queda el General Felipe Gurrola; es obvio, las fuerzas federales aún no pueden salir aún de ese estado de emergencia.
El Comisionado Castillo deja el cargo apapachado y con todo el apoyo y reconocimiento de su patrón, quien seguramente le tiene algo bien guardado.
EL MONJE LOCO se pone serio. Dan migraña los datos del foro de análisis patrocinado por el Senado para las reformas en materia de seguridad: el 75 por ciento de los 2 mil 457 municipios del país –tres de cada cuatro– están a merced del crimen; en Guerrero, los narcos mandaban en 13 municipios… Es otro diagnóstico sobre el diagnóstico en medio de la agonía. Aún así, ¿se justifica legitimar la intervención federal propuesta por el presidente de la República?. Amén de atropellar el espíritu de los Artículos 115 y 116 de la Constitución –lo cual genera debate jurídico–, la intervención del centro correría graves riesgos; el poder de intervenir alcaldías inviables podría ser pretexto para cobrar facturas, consumar venganzas o sacar ventaja política en regiones gobernadas por opositores y personajes incómodos; ya nos conocemos. Acciones de emergencia obligan al Estado, sí, pero tanto como dotar a las Fuerzas Armadas de una estructura jurídica para proteger sus misiones, lo cual ha sido escatimado hasta ahora por los legisladores. ¿Qué va primero, la gallina o el huevo? POR CIERTO: Muy “avispa” está el Ejército ante la inminente visita de los deudos de Ayotzinapa a los cuarteles. Antes de abrir puertas la Sedena exigirá una lista previa de las visitas interesadas para evitar a los infiltrados incómodos del EPR… eso ya le sucedió a la PGR durante los encuentros de noviembre en el hangar de Iguala y no puede repetirse.
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