Versión estenográfica de Clemente Jesús López, en foro del PRD

**“La absoluta libertad interna de debate resulta una necesidad…el Partido no puede existir sin que todos los matices que lo integran se hagan sentir plenamente”. Fedérico Engels en carta a Sorge (1890)**

Los Antecedentes de la izquierda.
El surgimiento de la izquierda mexicana estuvo marcado desde los primeros años del siglo XX, por el papel que ésta ha desempeñado en la lucha de clases, por el proyecto político clasista que ha representado y de manera sustantiva, por su permanente división y confrontación internas.
Desde el Congreso de los socialistas y comunistas en noviembre de 1919 se han diferenciado estas dos tendencias, cuando la denominada “izquierda social” encabezada por Lin Gale orientaba a los delegados para que no aceptaran la conformación de un partido político de la izquierda e impulsaba el movimiento asambleísta como forma de organización y actuación de las “masas empobrecidas y desamparadas” y en contraparte, la corriente de la izquierda marxista y democrática que se orientaba por la construcción de un partido político que aglutinara a la clase obrera, al campesinado pobre y a la intelectualidad progresista y revolucionaria y contara además, con un programa y un proyecto político orientado al socialismo y a la democracia.
Esta ultima tendencia política encabezada por el grupo de los “Jóvenes Socialistas Rojos” comandados por el joven obrero de los astilleros de Salina Cruz, José Allen, ganó el Congreso Socialista y como resultado de ello, se constituyó el Partido Comunista Mexicano, formación política que, con altibajos la mayoría de las veces y con logros sustantivos e históricos ocasionales, fue leal a sus principios y proyecto político clasista y a su lucha por la democracia y el socialismo, proyecto que con matices y adecuaciones se mantuvo vigente hasta 1982, año en que el PCM se disolvió voluntariamente para dar paso a la formación del Partido Socialista Unificado de México (PSUM) y dar fin así, a la izquierda que más influyó en las grandes luchas del proletariado y del campesinado mexicano y en la conquista de la libertad política que hoy gozamos.
Esta tendencia de la izquierda, influenciada por el marxismo fué la que marcó de manera definitiva la línea política de la izquierda Mexicana del siglo XX, orientada a la lucha por la transformación social y la toma del poder mediante la vía electoral.
Fueron los comunistas quienes desde el Congreso, alzaron sus voces a favor de la libertad política, la igualdad social y económica; en contra del fascismo y la violencia. Desde el Senador Luis G. Monzón y el Diputado líder del PCM Hernán Laborde en los años 20’s los comunistas siempre pensaron por las mejores causas de nuestro pueblo y la democracia y fue a través del enorme legado cultural y artístico de sus militantes como Diego Rivera, Tina Modotti, Frida khalo, Siqueiros o Gabriel Figueroa y de sus dirigentes políticos como Valentín Campa y Arnoldo Martínez Verdugo entre otros y de sus intelectuales entre los que se contaban los más prestigiados y talentosos de su época y quienes con ello, nos legaron una verdadera cultura política democrática.
Sin embargo, la otra “izquierda”, la denomina “izquierda social”, ha ocupado poco a poco el vacío dejado desde el PCM y por tanto siguió su propio camino, influenciada por su propia composición clasista; el “lumpen” proletariado, el campesinado empobrecido, los precaristas y damnificados, los colonos y solicitantes de vivienda, en fin, los desclasados, marginados y empobrecidos por el capitalismo salvaje, fueron el caldo de cultivo, la materia virgen y la carne de cañón, para sus ideas sobre la inconformidad social y la anarquía, enarboladas por la pequeña burguesía y los iluminados de la intelectualidad universitaria y demás “revolucionarios de cuarto de hora” que han orientado y nutrido a lo largo de los años a esta tendencia.
Esta otra “izquierda” se ha opuesto permanentemente a la libertad política y a la democracia; ha condenado la opción electoral por considerar que esta “no resuelve los problemas de las masas”; se ha opuesto a la existencia y actividad de los partidos políticos al concebir que estos “no representan al pueblo” y en general, esta izquierda cuyo eje central de acción gira en torno a la inconformidad y el resentimiento social, ha venido avanzado de manera creciente, en la medida en que la miseria y la pobreza se agudiza en nuestro país.
Para esta “izquierda” la bandera de la inconformidad se traduce en acciones de “organización directa” de las masas empobrecidas, a quienes solo se les da una formación ideológica elemental, basada en clichés como “la lucha del pueblo contra el mal gobierno”; es así que el “pueblo” a veces, se convierte en el objeto activo de los procesos sociales, en donde por lo general, esta “izquierda” solo se orienta por cambios en las esferas del poder tan simples y elementales como la “caida de los malos gobernantes”, sin trastocar el fondo que da origen a la miseria y la explotación que representa el sistema de opresión y explotación capitalista y las estructuras burguesas del poder que lo representa, así como de las formas y métodos de gobernar de la clase política que le es inherente.
Por ello, esta “Izquierda Social” es altamente “coptable” por el sistema político y económico que dicen combatir; es fácilmente corrompible y a menudo sus liderazgos políticos con sus discursos extremos y radicales, contribuyen y coinciden con las visiones fantasmagóricas de la ultra derecha y es, por tanto, profundamente reaccionaria.
En el caso particular de Oaxaca, la izquierda partidaria o histórica, que con tantos esfuerzos se había establecido como una opción pacífica confiable y respetada por la población, perdió la batalla, política y organizativa frente a las huestes de la “izquierda social” reforzada y nutrida por lo más granado y resentido del priato, pequeños y medianos burgueses desclasados y desplazados de su propio partido y de un número considerable de aventureros y saltimbanquis políticos aglutinados en torno a la “inconformidad”.
Por ello, la izquierda histórica en Oaxaca fue incapaz de conducir la inconformidad social que se ha generado con el inadecuado e inexperto manejo político del problema magisterial aún no resuelto en su totalidad y por el contrario, su nombre y prestigio como organización partidaria han sufrido daños irreversibles que no podrán resarcirse en muchos años. Al no lograr tener claridad sobre la situación política, incapaz de orientarse y orientar a las masas, por haber abandonado desde hace tiempo la formación teórica y el análisis científico de la realidad; secuestrada en su dirección estatal y nacional por una burocracia parasitaria y corrupta, que solo recurre al supino ejercicio del estalinismo, se convirtió en cómplice torpe y pasiva de la cancelación del futuro de la izquierda, democrática y moderna del siglo XXI que necesitaba Oaxaca y el país.
Esta incompetencia política de la izquierda partidaria, para encauzar la inconformidad social en contra de un gobierno ineficiente, autoritario y faccioso y convertirlo en movimiento creativo y transformador, dio pie a que su eterna competidora, la izquierda social, se convirtiera coyunturalmente en la conductora “revolucionaria” de la inconformidad, se ostentara como la “única” y “auténtica” vanguardia y llevara a las masas populares de Oaxaca, de la mano de la locura autoritaria y de la intolerancia arrogante; por el camino de las llamas y de la destrucción estéril, que solo han dado camino libre a la represión, a la persecución política de los opositores, a la cerrazón y miopía gubernamentales, en pocas palabras, a la cancelación del futuro. Hoy más que nunca, la ultraderecha ya podrá dormir tranquila, la “izquierda social” le ha abierto la brecha conservadora y reaccionaria, finalmente como escribiera Lenin: Los extremos se juntan.

LAS ELECCIONES INTERNAS Y EL LUMPEN PARTIDO
Como podemos apreciar de esta parte inicial de mi exposición, el PRD derivó con el paso del tiempo en un lumpen partido, no solo por su composición sino en especial por su praxis política general. Un ejemplo de ello son sus elecciones internas, que si bien desde el punto de vista conceptual son un aporte democrático, en la práctica se han transformado en su principal lastre.
En primer término no podemos dejar de lado que los procesos internos en los que se ha visto involucrado el PRD, conllevó una alta carga de desorganización producto no sólo de la inexperiencia sino sobre todo de la crisis terminal que en materia de organización tiene el perredismo; en segundo lugar la alta dosis de priización que se ha dado en sus procesos: funcionarios electorales facciosos que han puesto por encima de su imparcialidad su vocación sectaria de corriente, el padrón de afiliados no solo ha sido defectuoso sino hoy materialmente inexistente ante tanta inconsistencia con repetidos en exceso y una alta cantidad de rasurados, es decir un padrón incompleto por un lado y químicamente alterado por el otro; Apoyos de gobiernos estatales a las facciones perredistas de su preferencia ; casillas instaladas de última hora y otras no instaladas, agresiones físicas y verbales, quema y robo de urnas, amenazas a candidatos, representantes de casilla corridos, tacos y ratones locos, desayunos que pasaron de tamaladas a pescad izas de mojarra, acarreos y compra de votos y desde luego uno que otro muertito, es decir la reproducción a pequeña y burda escala de las lindezas que a lo largo de los años ha generado el sistema político mexicano y que hoy contamina en gran medida al PRD y que prácticamente lo secuestra al quitarle toda autoridad moral y política para combatir con éxito al régimen político autoritario y al sistema capitalista en general.
Los resultados de este ejercicio no se dejaran de lado por muchos años en la vida política nacional, con el triunfo de la tendencias más radicales del priismo perredista se consolida la opción de un Partido en cuyo germen lleva implícito su contenido clasista de no clase, es decir la mayoría de quienes respaldan esta tendencia, los precaristas y damnificados -solicitantes de vivienda, colonos, desempleados y desde luego, el lumpen-proletariado han tenido hasta hoy la responsabilidad de dirigir a la tercera fuerza política nacional y darle contenido – si es que es posible – a un proyecto de Partido-Movimiento. Que ha devenido hasta hoy en partido federado.

EL FUTURO NECESARIO Y OBLIGADO
El movimiento político que sacudió y resquebrajó las estructuras políticas del País el 6 de julio de 1988, que devino en fuerza material en Partido Político. es decir el PRD, por su diversidad ideológica pareciera condenado a desaparecer, sin embargo, es precisamente su gran diversidad lo que le da cuerpo en una unidad política basada en su Programa, Declaración de Principios y Estatutos lo dividen su táctica política y en gran medida sus objetivos estratégicos, producto de visiones de la realidad teórica y científicamente contrapuestas y que coexisten en el PRD, como señalé al principio de mi intervención, esas izquierdas coexistentes y divididas desde principios del siglo pasado y que tienen tácticas distintas en torno al objetivo principal; aislar al grupo gobernante y a la oligarquía política, priista y panista, defender la soberanía nacional y lograr la plena independencia del país y lo que es más importante: alcanzar el poder del Estado para construir una sociedad justa e igualitaria.
Ahora bien, los corifeo del sistema han atacado a los socialistas y comunistas por haber “cancelado” su propio proyecto socialista en aras del cardenismo y el nacionalismo revolucionario, y aun otros, tienen el cinismo de reclamarse los “únicos socialistas” que quedan en el espectro político nacional. Ante ello quisiera señalar que quienes estamos empeñados en el proyecto del PRD y provenimos de la corriente más sólida del socialismo mexicano, hemos abandonado desde hace dos décadas está práctica exclusivista y vemos en el PRD no un fin en si mismo sino un medio para alcanzar nuestro objetivo revolucionario: LA TOMA DEL PODER DEL ESTADO, LA DEMOCRACIA Y EL SOCIALISMO.
Porque para nosotros en el momento actual, la conquista de la democracia plena se convierte en una tarea nacional de primer orden a la que debemos concurrir no solo los socialistas y comunistas, sino todas las fuerzas democráticas , progresistas, nacionalistas y cristianas, y, en general todos los mexicanos, hartos ya de la dominación política burguesa, expresada en el priismo arcaico y claudicante que hoy gobierna varias entidades federativas y una derecha salvaje que gobierna el país.. Entendemos que sin democracia, difícilmente se podrá avanzar hacia la socialización de la riqueza material y del poder político y terminar con la explotación del trabajo, elevar las condiciones de vida de nuestro pueblo y lograr la autogestión de la sociedad.
Por ello, así como lo hicimos en el PCM, el PSUM y el PMS, seremos no tengan la menor duda, los primeros en impulsar en los marcos del Congreso Nacional del Partido, la más amplia unidad de las izquierdas en una nueva formación política, un Partido amplio de contenido clasista, y a la vez profundamente democrático y pluralista, que se plantee la superación del modo de producción capitalista y la construcción de un estado democrático, humanista y socialista.
Hoy la crisis terminal del capitalismo, plantea a los socialistas y comunistas, a los socialdemócratas, y a todas las fuerzas progresistas, un resurgimiento histórico y un golpe de timón, así como nuevas tareas y perspectivas; la conformación de un nuevo sistema de alianzas, con fuerzas que parten del hecho que es necesario crear un amplio polo opositor al PRI y al gobierno, hoy se convierte en una necesidad indispensable si queremos construir una nueva hegemonía, la hegemonía de los trabajadores, creadores de la riqueza material de nuestra patria.
Solo está condición nos permitirá avanzar hacia una nueva Revolución Democrática, que se está gestando y madurando en el seno de la sociedad mexicana, si nos lo proponemos, podremos convertirnos en lo inmediato, en el centro principal de está nueva política, en el eje central de ese amplio polo opositor que tenga proyecto político propio, alternativa de gobierno y de país y que nació el 6 de julio de 1988.
La finalidad de todo Partido Político que se precie de serlo, es alcanzar el poder del Estado, lo demás son solo cantos de sirenas.
Muchas Gracias.