No hay dinero para liquidar burócratas: Hacienda
**Hay que dejar caer una gota de duda en lo que se dice, la sombra de la incertidumbre debe acompañar a nuestras afirmaciones. Octavio Paz**
Víctor Terán / Quadratín
Juchitán, Oax. 5 de junio de 2009 (Quadratín).- Curiosos, vecinos y amigos me preguntan si en verdad no voy a votar el 5 de julio para elegir al diputado federal que represente el distrito juchiteco.
A los curiosos les he respondido que lo que escribí con respecto a las elecciones próximas en el artículo anterior (El desgobierno en Juchitán) fue apresurado, y que lo iba a pensar bien; con los vecinos y amigos he conversado y reflexionado el asunto, por lo que les comento aquí las razones vertidas en las pláticas a favor de votar o no votar.
Los que están a favor de votar, argumentan que es la posibilidad de incrementar el número de diputados nacionalistas y progresistas, como los que trataron de evitar el FOBAPROA, y los que defendieron últimamente el petróleo y que a diario batallan inteligentemente en la tribuna de la cámara en contra de las iniciativas regresivas, como la ley del ISSSTE, y desnacionalizadoras, como la privatización de PEMEX, que promueven y decretan diputados del PAN y del PRI, representantes de los empresarios y financistas nacionales y extranjeros.
Los que dicen que no van a votar, arguyen que es una estrategia que bien puede obligar a la clase política en el poder, que como autoridades (Calderón en México y Ulises en Oaxaca) revisen su pésimo y desastroso desempeño, y que como miembros de un partido (PRI, PAN, PRD, y los emergentes), actúen en beneficio de la sociedad y no de sus bolsillos y grupos, y que muestren voluntad de cambio democrático, compartiendo su poder y las candidaturas con los ciudadanos.
Como ustedes pueden ver, ambas posturas son válidas y contundentes en el escenario de crisis y descomposición política (desconfianza en los partidos y en el sistema electoral) y social (crisis económica, inseguridad, desempleo, corrupción e impunidad) actual.
Sin embargo una sospecha y una plática reciente torcieron mi voluntad de no salir a votar. La sospecha provino de la exagerada promoción que los medios hacen del abstencionismo, ¿será que la derecha en el poder le apuesta al desencanto ciudadano y promueve el abstencionismo como válvula de escape para la frustración y así garantizar el triunfo de sus candidatos, priístas y panistas, a través de la manipulación de los programas oficiales y presupuestos gubernamentales? Total, protegido los partidos y candidatos del abstencionismo y de los votos nulos en la ley electoral reciente, el tamaño del mismo no repercutirá en las prerrogativas que reciben ni en la conformación del Poder Legislativo: de la mafia en el poder todo se puede esperar. La plática se dio con un campesino en una fiesta reciente en la séptima sección de Juchitán. Me dijo: yo tengo una yunta de bueyes que me ayuda a sobrevivir en esta sociedad descompuesta y en crisis. Uno me salió muy bueno, jala bonito en los surcos; el otro es medio pendejo, flojo como una chingada, que retrasa y hace más pesado mi trabajo. Sin embargo, no por tener un buey malo, voy a dejar de trabajar, tengo que comer, y pues con ellos tengo la obligación de trabajar. Por eso te digo, que por alguien tenemos que votar, son los bueyes que nos tocaron y con uno de ellos tenemos que jalar. Claro que le expliqué, en mi afán de contraposición, eso del destino manifiesto, de la ideología fatalista, que es una argucia de las religiones y de los poderes económicos para convencernos de que nada podemos hacer contra la realidad, que somos pobres porque es nuestro destino, que los partidos existentes son los únicos con derecho a postular candidatos, mismos que son escogidos o palomeados por los grupos de poder al interior de los partidos. Me escuchó y no me escuchó, pero me convenció.
Convencido de votar este 5 de julio, lo haré razonando mi voto con respecto a los candidatos del séptimo distrito electoral. Desde luego que no voy a votar por el fuereño que postula el partido que ha desgraciado y corrompido la vida del país, el PRI; tampoco por el partido de la derecha en el poder (PAN) , que por la ineptitud e ineficacia del suplantador Calderón, conduce a México al caos y a la guerra civil; no lo haré para perpetuar el redituable negocio familiar de la familia del niño verde que postula por cierto a un respetable comerciante juchiteco; mucho menos por un sirviente del dueño, demagogo y corrupto, de la franquicia del PT en Juchitán; igualmente no votaré por el chamaco niñero del PRD; como tampoco por los candidatos de relleno o de trámite del PANAL y Convergencia, por cierto, ¿alguien los conoce?; votaré sí por el mejor candidato en el distrito.
Desde luego que votar no basta, en este escenario injusto y corrupto, es necesario salir a protestar en la calle, como lo hacen ya los maestros oaxaqueños de la Sección 22, es hora de votar y de movilizarnos, para cambiar pacíficamente el rumbo de este país sumido en el desastre.