Día 23. Por oportunismo, crisis en Ciencias Políticas de la UNAM
Oaxaca, Oax. 16 de octubre de 2009 (Quadratín).- Mi comentario apresurado con respecto de la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), de responsabilizar al gobernador oaxaqueño, Ulises Ruiz Ortiz, de violaciones a derechos y garantías fundamentales durante la histórica movilización magisterial y popular en la entidad en el 2006, es, que esta determinación es insuficiente, puesto que no incluye sanciones penales ni administrativas, como tampoco incluye a todos los responsables.
Sin embargo, la resolución es un avance, puesto que precisa quién es el culpable de las detenciones ilegales, de los actos de tortura a los detenidos, de los secuestros y asesinatos en Oaxaca durante el movimiento magisterial y popular de 2006.
Lo que ahora sigue es, que la Cámara de diputados local y federal, asuman su responsabilidad de llevar a juicio político al represor y resuelvan su destitución. Esto es lo que legalmente procede, sin embargo, conociendo la desvergüenza con la que se manejan los diputados, el pueblo oaxaqueño quedará esperando mejores tiempos para conseguir justicia de los actos criminales del 2006.
Con esta resolución de la Corte, algunos llaman al gobernador Ulises Ruiz Ortiz, a renunciar por vergüenza o dignidad, si las tuviera, desde los inicios del movimiento magisterial y popular oaxaqueño, cuando el pueblo en la calle demandaba y coreaba: Ya cayó, ya cayó, Ulises ya cayó
este señor ya hubiera renunciado.
La resolución, al no incluir a todos los responsables de la represión, como Fox y Calderón, revela la simulación y la parcialidad con que se maneja la SCJN y su sumisión al ejecutivo.
La justicia corta de la suprema, evidencia entonces, la hipocresía y la ineficacia de las instituciones del país, que un día sí y otro también, desalientan y desesperan a los mexicanos.
La salida de Ulises Ruiz Ortiz de Oaxaca, abriría la posibilidad de unas elecciones con participación masiva de la ciudadanía oaxaqueña, puesto que sin su poder corruptor, dichas elecciones serían altamente creíbles.
Guidxi Guiequichi, Lulá, beeu bichí, iza 2009.