Economía en sentido contrario: Banamex
JUCHITÁN, Oax. 29 de diciembre de 2013 (Quadratín).- Termina un trienio más en Juchitán, y se espera con mucha expectativa el 1 de enero, para iniciar con el periodo de gobierno municipal de Saúl Vicente Vásquez.
La administración de Daniel Gurrión Matías se recordará como el periodo de la demagogia, la corrupción, del nepotismo y del desgobierno.
La simulación y falsedad fue su sello de respuesta a las demandas de la ciudadanía, nunca supo o quiso honrar su palabra, de su boca nacieron palabras huecas por incumplidas. Su política fue de principio a fin demagógica.
También fue corrupto, hizo y dejó hacer dinero a todo su cabildo, ninguna obra pública construyó de raíz, lo que hizo fue remozar y acondicionar espacios, reportándolos mañosamente como obras originales para justificar los recursos recibidos.
Un “gobierno” familiar, de los hermanos Gurrión, que hizo y deshizo en todas las Regidurías para sus bolsillos, los hermanos disfrazados de empresas fantasmas se adjudicaron las obras municipales en beneficio de la familia, ignorando y despreciando la protesta de cientos de contratistas, materialistas, constructores, sindicatos y empresarios de materiales para la construcción: el nepotismo en todo su expresión, gracias a la impunidad en el país.
Su desgobierno arruinó a Juchitán y sus agencias, y tiene sumido el municipio en la inseguridad, insalubridad, violencia y desesperanza. Los bloqueos de calles, carretera, comercios e instituciones, son cotidianos; los atracos a mano armada a particulares, a casas comerciales y domicilios, los secuestros y asesinatos, son a la luz del día; las calles llenas de basura y las aguas negras que expulsan los drenajes colapsados en la sexta y séptima sección vuelven insoportable el ambiente de la ciudad; los comerciantes establecidos y semifijos, son dueños del centro de la ciudad, bloqueando aceras y espacios públicos de recreación; no hay día que el transito caótico en la ciudad no entinte de rojo o enlute a las familias juchitecas; la delincuencia se pasea orondamente, cobijado por las instancias de seguridad y justicia.
La suma es infausta, el trienio de Daniel Gurrión Matías, fue un fracaso por débil, ineficaz y corrupto. Y se recordará como el presidente mentiroso, que convirtió la vida juchiteca en un caos angustioso y desesperante.
Juchitán necesita otra política y otros valores para salir de la ruina y anarquía que nos deja el gobierno priista saliente; urgen acciones sistemáticas y no de ocurrencias para remontar el caos; el próximo presidente municipal tendrá la gran oportunidad de transformar el uso tradicional del poder, la política representativa y asistencialista, hacia una que facilite la participación de la sociedad en la toma de decisiones; el cambio y progreso vendrán si las fuerzas políticas del municipio caminan acompasadas con el nuevo gobierno, de aquí la urgencia de un gran pacto por el retorno de la convivencia pacífica en la diversidad y por el trabajo organizado en proyectos y compromisos muy puntuales.
La esperanza por un Juchitán más justo, más democrático y más progresista nunca dejará de latir en nuestros corazones, el gobierno que se va nos deja sumidos en la obscuridad, el que viene tendrá la oportunidad de encender las luces o seguir en la escena de los bandidos defraudadores del pueblo.
Víctor Terán,
Guidxiguie’, Lulá’,
sica huidxe
guiluxe iza 2013.