Realizan feria del pan y chocolate en la ciudad de Oaxaca
Oaxaca, Oax. 26 de agosto de 2009 (Quadratín).- Iniciaron las clases de educación básica en el país, el presidente autista, Felipe Calderón, en la ceremonia de inauguración del ciclo escolar 2009-2010, elogió su política educativa y felicitó la voluntad de Elba Esther Gordillo Morales, su operadora electoral y presidenta vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), de acompañarlo en el fortalecimiento y mejoramiento de la instrucción pública a través de la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE); desde luego que nunca mencionó las condiciones ruinosas de la economía de padres de familia y de maestros, y del estado físico de las instalaciones educativas, mucho menos que México reducirá en 2010 a 7 mil millones de pesos el presupuesto a la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Una política educativa, que no solamente no mantiene, desde el año 2000 para acá, el gasto educativo nacional por alumno, sino que lo redujo a 1.5 %, y que ha ocasionado que en el país 1.6 millones de menores entre cinco a 15 años no asisten a la escuela, 19 de cada 100 jóvenes no tienen acceso a la secundaria, 16.9 % de los que acuden la reprueban, la tasa de reprobación en primaria es de 1.5 %, y en secundaria se eleva hasta el 16.9 %, la deserción en primaria es de 1.5 % y en secundaria asciende a 7.4 %, y el número de mexicanos en rezago educativo es de 31.6 millones, de los cuales, 23.1 millones son adultos sin educación básica, según datos del Instituto Nacional de Evaluación para la Educación (INEE).
En Oaxaca, el magisterio decidió no recibir el Taller General de Actualización que la SEP implementa cada año, para dar paso a su propuesta de Educación Alternativa, en consonancia con su dirección sindical que rechaza la ACE y sus reformas curriculares. Por lo que este año escolar, los maestros democráticos, lo inician, confusos y recelosos, entre dos proyectos: el de las reformas del 2006 de la ACE y el de la Educación Alternativa Oaxaqueña.
Los maestros oaxaqueños entienden que la RIEB (Reforma Integral de la Educación Básica) y la RES (Reforma a la Educación Secundaria) de la ACE, son reformas construidas desde la visión de país de los políticos en el poder (hoy es la derecha más recalcitrante) y desde las necesidades de los dueños del dinero: empresarios y financistas, que pretenden terminar de arruinar y desacreditar a la educación pública, a través de la reducción del gasto público, y justificar el auge de las escuelas privadas, desmantelar las conquistas de los trabajadores de la educación (acabar con el escalafón y la antigüedad al plantear que el ingreso y promoción al servicio educativo sea por Concurso nacional público y no por conocimientos, aptitudes y antigüedad; reducir el salario base y ampliar las compensaciones por medio de bonos de productividad cuyo monto no es considerado en los planes de jubilaciones y pensiones; etc.), y adaptar al alumno a las exigencias del mercado de trabajo de mano de obra barata y sumisa.
Sin embargo, su confusión y recelo provienen de su tradición pedagógica tradicionalista (acaso también por su deficiente formación académica y pedagógica), que les dificulta construir sus propios programas de estudio, a partir del referente nacional y con base a los intereses de sus alumnos y de la sociedad, y trabajar en el aula sin libro de texto. Barrera que complica y retraza la gigantesca y prodigiosa tarea de transformar la escuela centralista y autoritaria de hoy desde la perspectiva del magisterio frente a grupo y no del gobierno en turno.
El paso dado, en este inicio de ciclo escolar, por la Sección 22 y sus organismos auxiliares de investigación y desarrollo educativo, es crucial e histórico. La formulación e implementación de su propuesta alternativa de 5 programas estatales (Programa Estatal para la Construcción, Ampliación, Remodelación y Equipamiento de la Infraestructura Física Educativa; Programa Estatal para Mejorar las Condiciones de Vida y Escolares de los Niños y Jóvenes Oaxaqueños; Programa Estatal de Evaluación; Programa Estatal de Formación y Profesionalización de los Trabajadores de la Educación; y, Programa Estatal para el Reconocimiento Educativo a los Trabajadores de la Educación de Oaxaca), vendrá a apuntalar el trabajo innovador que ya muchos maestros desarrollan entre carencias y penurias en sus escuelas. La esperanza de una nueva manera de hacer educación en el país la perfilan y avivan los maestros oaxaqueños. La tarea es clara e inaplazable: construir desde las aulas un movimiento pedagógico renovador y transformador, que haga posible resultados educativos que redunden en alumnos reflexivos y críticos y en comunidades con mayor progreso en todos los ámbitos.
Por lo que los padres y las madres de los niños y jóvenes oaxaqueños, debemos elogiar y apoyar este esfuerzo. Porque, ¿quién puede estar en contra de un proyecto educativo integral, que dignifique a los educandos y su comunidad, como el que proponen los maestros oaxaqueños?
Guidxi Guiequichi, Lulá, Beeu bixhono, iza 2009.
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