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Jordi Boldó presenta La Mirada Errante en Nuun Espacio de Arte
Oaxaca, Oax. 30 de abril de 2013 (Quadratín).- El intercambio de cartas entre niños de la Escuela Primaria Belisario Domínguez de San Baltazar Guelavila, y estudiantes de artes plásticas de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), culminó en la afición por el dibujo y la pintura de los chicos, y se coronó con un mural realizado conjuntamente en el centro de la población.
El artífice de este ejercicio fue el artista plástico Guillermo Rito quien, como parte de su trabajo de vinculación del arte con la comunidad, propuso a sus alumnos de la Escuela de Bellas Artes de la UABJO escribir cartas a niños y niñas de San Baltazar Guelavila, perteneciente al distrito de Tlacolula, y con el apoyo de profesores se gestó la comunicación epistolar entre ambas generaciones.
¿Qué se decían?, ¿de qué hablaban en sus cartas? Al principio era sólo presentarse unos con otros para conocerse; después empezaron a comentar sus gustos, sus materias de estudio, sus costumbres, y mis alumnos trataban de ayudarles enviando algunos regalos. Más adelante empezaron a intercambiar dibujos, relató el creador originario de San Blas Atempa, avecindado temporalmente en la ciudad de Oaxaca donde es catedrático universitario de la escuela de Bellas Artes de la cual egresó.
El artista mostró algunas cartas de los niños de San Balta, como se conoce coloquialmente a la población, donde platican sencillamente sobre la enfermedad de la abuela y acompañaban el texto con dibujos que ilustran la historia; o sobre el accidente en la bicicleta del hermano, de otro chico, quien se ganó un raspón en la rodilla por no tener cuidado.
Cada fin de semana la maestra me enviaba un paquete de cartas que los niños escribían y yo se las entregaba a mis alumnos. Mis alumnos constataban a los niños y yo enviaba de regreso otro paquete de cartas. Así tuvimos correspondencia durante más de seis meses, y en el proceso llegamos a concretar un curso de pintura con los niños de San Baltazar impartido por mis alumnos. Pero resultó mejor de lo que esperábamos, al pueblo del gustó tanto el proyecto que las autoridades nos invitaron a pintar un mural con los niños.
Así nació el mural que hoy recibe a propios y visitantes en centro de la localidad, frente al palacio municipal de San Baltazar Guelavila. Incluso la autoridad nos dijo que iban a construir una barda exclusivamente para pintar el mural, pero ya no les fue posible, recuerda sorprendido Guillermo Rito.
Finalmente los autores de las cartas se conocieron personalmente: Vinieron por nosotros a Oaxaca, participaron en el encuentro los padres de familia. Al llegar preguntamos sobre la historia del pueblo, la toponimia, que fue la base del mural, nos platicaron que el pueblo estaba primero ubicado en otro sitio y lo cambiaron por las inundaciones. Yo me reuní con los representantes de mayor edad del pueblo y se hizo una gran fiesta donde los protagonistas fueron los chicos, mis alumnos y la pintura, recordó el maestro Rito.
Durante semana y media, bajo la supervisión del artista plástico, trabajaron en la elaboración del mural, se impartió un curso, jugaron basquetbol, las madres cocinaron para alimentar a los visitantes y el mural finalmente fue inaugurado.
Ellos, el pueblo, aprobaron el boceto que les propusimos con base en lo que nos platicaron: sobre la toponimia del municipio, el significado que para ellos tiene la serpiente, el maíz, el cerro de Nueve Puntas. Platicamos mucho antes de iniciar el mural. Fue el pueblo el que eligió las imágenes.
Varios meses después, Guillermo Rito recibió la llamada de una organización civil que con apoyo de la UNICEF le propuso llevar a cabo dos murales en las escuelas secundarias de San Xavier Xoxocotlán y en San Antonio de la Cal. En el fondo de esta propuesta, explicó, estaba el interés de establecer la asignatura de artes plásticas en las secundarias.
De igual forma con el respaldo y entusiasmo de sus alumnos de Bellas Artes, realizaron ambos murales, sin embargo, comentó, al entonces director de la escuela secundaria de San Antonio de la Cal no le agradó el mural y ordenó que se ocultara con otra mano de pintura. El director pensó que estábamos pintarrajeando las paredes y mandó a borrar el mural que hicimos con los alumnos, recordó.
Las temporadas que Guillermo Rito pasa en Oaxaca suele dedicar parte de su tiempo a las actividades e vinculación con la comunidad a través de los niños y sus alumnos en Bellas Artes porque, aseguró, el arte es un vehículo para que los chicos se expresen, se comuniquen y rompan con la soledad que suelen sentir en esa etapa de la vida.
La obra del artista, producida entre Oaxaca, Nueva York e Islandia, ha sido expuesta en galerías y museos de varias latitudes del país y el extranjero, y forma parte de colecciones de instituciones privadas como Fondo Cultural Banamex, entre otras.