Visitan aeropuerto de Oaxaca comunicadores especialistas en turismo
JALPAN, Oax. 14 de septiembre de 2013 (Quadratín).- Luego de lamentar la actitud de infiltrados en el movimiento magisterial que provocó un enfrentamiento con la fuerzas federales en el Distrito Federal, el coordinador del grupo parlamentario del PRI en la LXI Legislatura estatal, Francisco García López, afirmó que la violencia no resuelve el conflicto magisterial, tampoco es el camino para lograr la modernización educativa que todos, sociedad, gobierno, legisladores y profesores, estamos buscando.
En entrevista, el legislador oaxaqueño señaló que la tolerancia tiene límites, por ello, es necesario que los mentores cambien radicalmente sus métodos de lucha.
“No es con actitudes maximalistas y extremas, como el desafío abierto a la autoridad constituida y el uso de la violencia, la forma en que se resolverán las demandas del magisterio”.
Reconoció que el desalojo realizado en el Zócalo Capitalino fue una operación limpia, profesional, y apegada a derecho, siguiendo al pie de la letra el protocolo y con pleno respeto a las garantías individuales, tal y como lo informó el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, en conferencia de prensa.
Dijo que cuando se desarrolló este operativo, el cual fue vigilado por visitadores de los Derechos Humanos y Notarios Públicos, la gran mayoría de los maestros, principalmente oaxaqueños, ya no se encontraban en la plancha del Zócalo capitalino.
Al patentizar su respeto absoluto al derecho constitucional a la manifestación de las ideas y a la organización en defensa de los derechos gremiales, el legislador priista expresó que el límite es la transgresión artera del derecho de terceros.
Mencionó que la celebración de las fiestas patrias es una tradición popular, la mayor en el calendario cívico de los mexicanos, y no una celebración del gobierno, por lo que nadie tiene derecho a intentar obstruirla o sabotearla.
García López afirmó que tampoco es válido tomar a la ciudad de Oaxaca como rehén de esta controversia, más política que gremial, y que en gran medida está afectando la vida cotidiana de esta castigada capital de los oaxaqueños.
Hizo un llamado a la civilidad y la cordura, para construir una solución negociada y pacífica a los diferendos, para que las niñas y los niños, los principales afectados, puedan regresar a las aulas. “Oaxaca no aguanta más bloqueos, porque afecta severamente la economía, si tomamos en cuenta que estas actitudes ahuyentan al turismo”.
Urgió un plan con viabilidad y factibilidad que concilie propuestas y acciones, teniendo a la calidad educativa como eje rector. Esta es la fórmula para resolver, de una vez por todas, el problema de educación que ha significado pobreza y marginación para las comunidades.
Ya no es momento de que sigamos señalando las insuficiencias educativas o de hacer llamados a la cordura, después de 33 años de lucha, llegó el momento de unificar criterios, proyectos, planes y programas que sean útiles para elevar los niveles de educación en México y por ende en Oaxaca, así gana nuestro país y gana nuestro estado.