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OAXACA, Oax. 15 de diciembre de 2013 (Quadratín).- A pocos días del inicio formal del periodo vacacional, visitantes de diversas partes del país han comenzado a arribar a la capital oaxaqueña, para disfrutar de la gran variedad de atractivos, sus costumbres y la belleza arquitectónica que ofrecen las calles de su Centro Histórico, catalogado por la Unesco, como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Proveniente de la ciudad de Piedras Negras, Coahuila, Benjamín Castro viajó al estado de Oaxaca por primera vez para conocer más sobre su cultura y probar la gastronomía, que cuenta con gran fama en el norte del país.
Luego de recorrer el mercado Benito Juárez, donde probó los chapulines y el tradicional tejate, Benjamín reconoció que la capital oaxaqueña, es una ciudad muy segura y armónica, donde se disfruta la diversidad y “dan ganas de quedarse”.
“Estoy muy sorprendido por el trabajo realizado por todos aquí en Oaxaca para conservar su folclor, no me esperaba tanto color y vida, es la primera vez que vengo, ya conocí Puerto Escondido, Zipolite, Mazunte y ahora quiero conocer Monte Albán y Mitla”, aseguró.
Ivone Arenas, originaria de Huixquilucan Estado de México viajó a la ciudad de Oaxaca acompañada por 10 integrantes de su familia. Cada año, visitan la Verde Antequera para convivir con familiares que radican en esta entidad y pasar con ellos las fiestas decembrinas.
Ante la mirada curiosa de su hijo de 6 años, Ivone explica que le gustaría estar en Oaxaca para la “Noche de Rábanos”, sin embargo, en esta visita quiere aprovechar para ir al árbol del Tule “y disfrutar de esta maravillosa ciudad”.
“No hay nada que no me guste de Oaxaca, es una ciudad maravillosa, llena de alegría”, aseguró Ivone, quien durante su recorrido por el Andador Turístico aprovecha para tomar fotos a los edificios coloniales que visten las calles de Oaxaca.
Desde la Ciudad de México, Don Walter Gobat, llegó a la Verde Antequera atraído por la variedad y sabor de la gastronomía oaxaqueña. En su primer día de visita en esta capital, Don Walter, quien viaja junto a su esposa, ya conoció el majestuoso Templo de Santo Domingo de Guzmán y disfrutó de un tradicional desayuno oaxaqueño.
Lamentablemente –dijo- nuestra visita será muy corta, pero ya fuimos al mercado y compre mi dotación de queso, quesillo, pan, frijol en pasta, tlayudas, tasajo para seguir disfrutando de estas delicias.
“Me siento feliz en Oaxaca, con tanta luz, con este sol que nos llena de energía, es un privilegio conocer un lugar tan esplendido como esta tierra”, puntualizó.