
Oaxaca llena sus calles con la alegría de los carnavales
OAXACA, Oax. 2 de octubre 2013 (Quadratín).- «¡Pinches cabrones, no sean montoneros! ¡los muchachos son inocentes!». El grito desesperado de una mujer no alcanza los oídos de los policías, que los tiene enfrente.
«¡Suéltenlo, es inocente, es inocente! ¡Vean por favor, filmen, graben, tomen fotos! ¡Miren cómo lo golpean y no está haciendo nada!».
Secundan tres más que se desgañitan para que los uniformados liberen a su compañero, arrinconado en la sexta calle de Pino Suárez, con la nariz sangrante.
18:00 horas. El 2 de octubre no se olvidó otra vez. Como cada año, comerciantes, transeúntes, ciudadanos comunes y turistas, vieron con terror hordas salvajes desde el crucero del estadio de béisbol «Eduardo Vasconcelos», donde se suscitó el primer enfrentamiento entre los llamados anarcopunk y policías estatales y municipales.
Machetes, piedras, palos, tubos, patadas, de todo utilizaron jóvenes vestidos de negro y cubiertos del rostro.
Un machetazo alcanzó a un uniformado. Otros no atinaban a responder el ataque, ante el temor de ser considerados represores. Metros más adelante, en la esquina de Héroes de Chapulrtepec y Emilio Carranza, de nueva cuenta la gresca, y en esta ocasión los de azul sacaron a relucir los gases lacrimógenos.
La aguerrida parada estudiantil, que inició a eso de las cinco de la tarde, había partido de la carretera Internacional 190, a la altura del crucero del IEEPO, se dispersó casi llegando al entronque con Pino Suárez.
Una parte se quedó en el enfrentamiento; otra siguió su ruta para bajar por avenida Juárez; una más rumbo a Pino Suárez y el parque «El Llano».
Más que miedo, emoción, adrenalina, juerga juvenil que corría de la fuerza pública. Unos con su pareja, muchos sin capucha; los más emocionados.
Otros pateando coches y puertas de negocios, que optaron por cerrar sus puertas.
En el Paseo Juárez los alcanzó la policía.
No los enfrentaron, prefirieron replegarse ambos bandos. Pero entonces los uniformados vieron a un grupo de sospechosos. Jóvenes, como la mayoría.
Y sobre ellos.
«¡No mamen cabrones, no estamos haciendo nada! ¡Este es nuestro coche! ¡Somos de Morena (Movimiento de Regeneración Nacional)!».
Las súplicas no fueron suficientes. Ante la resistencia, la policía aplicó la fuerza; arrinconó a uno, y luego a otros.
El de playera azul llevó la peor parte.
En su oposición, recibió golpes en la nariz. Manchado, lo llevaban rumbo al sur, sobre Pino Suárez.
«¡No sean montoneros, no sean montoneros! ¡Suéltenlo!». Los uniformados por el momento desconcertados. Caminaban un tramo, se detenían; resguardaban al detenido, que dijo llamarse Saturnino Vásquez. No hallaban qué hacer con él.
Dos cuadras más abajo seguían los reclamos. «¡Somos de Morena! ¡Somos de Morena! ¡No tenemos nada que ver con el movimiento!».
Más detenciones para acallar reclamos necios.
El ruido de otro choque en avenida Juárez con Berriozábal dispersó a la turba. Arribó el Comisionado de la Policía Estatal, Roberto César Alfaro, para poner orden.
¡Pinches cabrones, así serán buenos!», se desgañitaba una mujer.
En la cuadra paralela, más gases, comercios destrozados… la lucha juvenil por el 2 de octubre. Fecha del calendario anual anarquista que todos conmemoran, aún cuando los jóvenes de hoy no habían nacido en 1968 ni recuerdan la razón del «No se olvida».
La muchedumbre, más tranquila, siguió su ruta, resguardada.
En «El Llano, la calma retornó. Una cartulina pegado a un árbol y otros más en el suelo, en el lugar de las detenciones, mudo testigo: «Todos juntos defendamos nuestro petróleo».
Un grito de desesperados comerciantes. «Pinches estudiantes… cómo no se va a olvidar el 2 de octubre si son un desmadre, bola de revoltosos»…