Economía en sentido contrario: Banamex
Es tanta la fuerza de la repetición que todos creen que algo pasó. Pero que lo crean todos no significa que exista o que haya ocurrido; en un tiempo todos creían que la tierra era plana, dijo alguna vez Fernando de la Rúa
De eso se trató el gobierno de AMLO: un ejercicio de mentiras. Durante la campaña, le mintió a los empresarios que invertían en el aeropuerto de Texcoco y a los ingenieros del país, diciendo que el futuro de la obra la determinarían los técnicos para luego destruir lo que hubiera sido uno de los mejores aeropuertos del mundo por un capricho personal.
Le mintió a los mexicanos diciendo que regresaría al ejército a los cuarteles para después militarizar el país. También mintió ofreciendo paz para convertir a su administración en la más violenta de la historia.
Mintió durante la pandemia con su escenario catastrófico de 60 mil muertes que en realidad llegarían a ser cerca de un millón de vidas perdidas por su incapacidad para gobernar. Engañó a todos con su sistema de salud mejor que el danés dejando uno semejante al Chalco de estos días.
Falseó datos sobre muchas obras que ya existían y que dijo haber construido, como la carretera o el ferrocarril transísmicos. Engañó a su mismo gobierno con sus decretos de “interés nacional” para evitar cumplir con la normatividad ambiental y los procedimientos legales y, más grave aún, para no informar sobre costos y contratistas de sus megaproyectos.
Nos mintió a todos ofreciendo elecciones justas para entregarnos una elección de estado y, de remate, se hicieron del 73% de las curules con el 51% de los votos para dejarle a Claudia las manos libres para hacer de la Constitución lo que se le venga en gana.
Podría seguir escribiendo sobre las mentiras de AMLO, aunque nadie podría recordarlas todas pues la lista es interminable. ¡Más de cien todos los días en las mañaneras! Todo lo pudo hacer porque el ánimo colectivo aborrece al PRI de Alito y la situación en la que los gobiernos priistas dejaron al país y al PAN por no haber mejorado esa situación después de doce años en los que el legado fue la inseguridad desbordada. Al PRD, AMLO le cambió el nombre y con ello se llevó a la mayoría de sus cuadros y militantes provocando su desaparición y durante estos seis años ninguno de los tres partidos supo, quiso o pudo ser oposición.
Ahora toca imaginar cómo corregir el rumbo. No se ve otra ruta que la creación de un nuevo partido. Una organización diametralmente distinta al MORENA, Al PRI o al PAN. Un partido en el que se promueva y se respete la opinión de la militancia, que constituya una propuesta de nación incluyente, distinta s lo que hacen los partidos tradicionales en los que sus iluminados dirigentes deciden candidaturas y líneas de pensamiento. Un partido político de verdad.
Por eso vamos a iniciar una gira nacional para integrar las coordinaciones fundacionales del nuevo partido, coordinaciones estatales en cada estado de la República, en cada distrito local y federal y en los principales municipios del país, con mexicanos y mexicanas de todas las regiones, con productores, profesionistas, sociedad civil, empresarios y líderes sociales, para construir la auténtica oposición que se necesita en México para cambiar el desastre que nos deja y los resultados funestos del gobierno de AMLO.