
Un nuevo proyecto o el abismo
Padecemos hace ya más de 30 años, la indigna e inhumana situación de sufrir directa o indirectamente la pena, el agravio y la desesperanza por las personas desaparecidas que en los últimos años representan una estadística ignominiosa y lamentable de más de 124 mil desaparecidos de acuerdo a los datos oficiales y más de 200 mil de acuerdo a las organizaciones de la sociedad civil que se ocupan de este grave problema en México, entre los que sobresalen 17 788 niñas y niños y más de 6 mil en los seis meses de la administración federal en funciones señalados como presuntos responsables los tres órdenes de gobierno, el crimen organizado, así como particulares y grupos delincuenciales. De manera peculiar por decir lo menos, en los últimos meses el gobierno federal y sus órganos encargados de la seguridad y de las estadísticas reportan una disminución significativa en los homicidios y muertes violentas y a la vez un aumento impactante en el número de desaparecidos sin que haya una explicación o consideración mínima al respecto de parte de los diferentes gobiernos salvo publicitar y promover la reducción en ese rubro sin que se toque en lo más mínimo el aumento en el índice ominoso de desaparecidos.
Al menos en los cuatro últimos sexenios de las administraciones federales, se han dado desapariciones que a la fecha siguen sin resolverse entre las que sobresalen las de los jóvenes de Ayotzinapa así como los impactantes descuartizamientos y secuestros de jóvenes en Oaxaca que han ido incrementando la violencia, la inseguridad y la zozobra en regiones de nuestro estado que a pesar del silencio u omisión de las autoridades responsables, hoy son del dominio, control y manejo del crimen organizado principalmente en el Istmo, la Costa, la Cuenca y los Valles Centrales en que los delitos de estas organizaciones son frecuentes y sin que la justicia se aplique. Ante esta agraviante situación y la falta de respuestas de los tres órdenes de gobierno en turno, la sociedad civil entre las que sobresalen las organizaciones y grupos de búsquedade madres de desaparecidos, han multiplicado sus esfuerzos y trabajos de búsqueda no solo sin el mínimo apoyo gubernamental sino incluso con el ataque, demerito y desprestigio mediático de ellos por el ex ejecutivo reciente, la omisión, la negativa no solo a reunirse con ellos sino el descrédito de su labor señalándolos de adversarios y comparsa que practican lo que llaman “politiquería” de la manera más despectiva y unilateral desde el mismo poder.
Después de las reiteradas denuncias, gestiones, diligencias y peticiones sobre todo de las organizaciones de la sociedad civil ante la Organización de las Naciones Unidas ante el órgano respectivo denominado CED que es el Comité contra la Desaparición de este organismo mundial en uso de sus facultades, sin establecer un juicio a priori sobre el particular y en apego a los protocoles vigentes de los que México es signatario, dictaminó investigar de acuerdo a sus facultades previa notificación al gobierno Mexicano en funciones sobre el procedimiento pidiendo los informes y pruebas respectivas para dictaminar lo que hasta ahora ha considerado necesario saber a partir de las solicitudes, pruebas y alegatos de los peticionarios de lo que señala como hipótesis “de desapariciones forzadas sistemáticas” en México. De ninguna manera establece juicios de valor, señalamientos o aventura conclusiones estableciendo apego a los protocolos vigentes en la materia para una vez concluidas las investigaciones y los procedimientos concernientes, concluir si existieran causales suficientes para elevar la investigación y sus conclusiones a la misma Asamblea General de las Naciones Unidas como es la norma vigente para que sea ella la que dictamine por consenso y mayoría lo que proceda.
Resulta patético por decir lo menos, la reacción de la propio ejecutivo federal, los representantes en el congreso de la unión de su partido, de la dirigencia de su movimiento y de sus adláteres y afines con adjetivos calificativos, juicios de valor, condenas y demandas francamente falaces y fuera de lugar para que el directivo de la instancia de las Naciones Unidas se retracte y que sea destituido del cargo: ¡Hágame usted el refravón cabor!, resaltando el inefable e impresentable “coordinador” de la cámara de senadores que como si no tuviera suficiente en sus declaraciones y conceptos nos acaba de regalar otra más de sus ñeñoradas memorables al aseverar que la inteligencia artificial conocida como Grok no es tan inteligente como aduce porque se equivoca en el tema de desaparecidos. Ignominiosa situación que no se puede tapar, omitir u ocultar: Los desaparecidos son muertos que nunca mueren, por más que lo traten de ocultar o negar.
Gerardo Garfias Ruiz