Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
Los problemas en el Sistema de Transporte Colectivo (Metro) persisten y a la fecha no ha sido detenido ni un solo saboteador, aunque han capturado a gallinas por invadir la vía férrea. También continúan – sin rubor alguno—los actos anticipados de campaña de las tres corcholatas oficiales, encargadas de tareas públicas fundamentales.
Sin que a la fecha haya un solo responsable sobre el desplome de la Línea 12 del Metro, la que corre de Tláhuac a Mixcoac, salvo aquellos que pusieron mal los pernos y no fueron supervisados, dos de los varios responsables continúan sin pena ni carga alguna con sus campañas anticipadas en pos de la candidatura de su Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y se mantienen en los primeros lugares. Eso sí, los eventos han sido pagados con recursos públicos de los gobernadores de que los apoyan.
Ni Claudia ni Marcelo paran en sus afanes, pese al manotazo dado desde Palacio Nacional por el líder máximo de Moreno, que les pidió no pelear, serenidad y aguantar los tiempos, ya que los tiempos en política son forma. Pero parece que las formas no les interesan ya, ni frenan sus aspiraciones a la silla del Águila. Y hoy la consigna es: “Ya es tiempo de una mujer en la presidencia”.
La encuesta de esta semana revela que Claudia aventaja por ocho puntos a Marcelo, mientras Adán se mantiene a cierta distancia, buscando simpatías en el sureste del país. Ricardo de a poco se rezaga y pocas porras recoge en sus incursiones por el interior de nuestro México.
Ya con un INE a modo, Sheimbaun, Ebrard y López no temen ser castigados ni sancionados por anticiparse al proceso del 2024 y se dan vuelo en sus recorridos, e incluso el Canciller anuncia que en junio presentará una forma moderna, novedosa y clara para elegir al abanderado de Morena, a través de la innovación tecnológica.
Al respecto, el líder de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, Monreal Ávila ha planteado –con ganas de seguir en la contienda a sabiendas que no las tiene consigo—que se den una batería de encuestas ajenas al partido y que garanticen que no haya mano negra en el proceso interno. Y que una vez que haya reglas claras al interior de Morena, decidirá si participa o no, y de hacerlo honrará los resultados, aunque no lo favorezcan.
“Si fuera una encuesta planeada, aplicada y cantada por Morena. Yo lo pensaría”, advierte quien sabe bien que los resultados de una encuesta así “son relativos”.
Exige, pues, las mismas oportunidades a todos los morenos que quieran suceder a López Obrador.
Monreal ha dedicado los últimos días a llamar a la unidad al interior de Morena y sus partidos satélites, como el Verde Ecologista, que ya desde ahora se ha inclinado abiertamente por Marcelo Ebrard como su candidato. El político zacatecano también ha insistido en reglas claras y piso parejo para los cuatro contendientes.
En dicho sentido, el canciller ha destacado que luego de las elecciones en Coahuila y el estado de México, propondrá una nueva modalidad para elegir candidato al interior de Morena, que será propuesta a todas las corcholatas e incluso a Fernández Noroña del PT. Falta que se la acepte el dueño de juego.
Recientemente en un foro organizado por el Verde Ecologista, Monreal mostró sus últimas cartas en pos de su aspiración presidencial y aseguró que, de los cuatro elegidos, él es el mejor y el más preparado para gobernar, amén de que no tiene una sola denuncia de malversación de fondos en los 42 años que tiene como servidor público. Tanto Marcelo como Ricardo fueron aplaudidos y cobijados con los gritos de “Presidentes, presidentes…”, por los verdes ecologistas.
Arengas y gritos con los que también son recibidos Adán y Claudia en sus constantes periplos al interior de la república, donde algunos gobernadores de vestimenta guinda no han escatimado recursos (públicos, claro) para recibirlos en plazas públicas y abiertos actos anticipados de campaña, que con el INE a modo no son ni siquiera vistos, menos sancionados.
El proceso interno de Morena se le escapa de las manos, como agua, al dirigente del Movimiento, como al líder moral de todos ellos, Mario Delgado y Andrés Manuel López Obrador, quienes evidentemente ya no tienen todo el control y demandan respetar los tiempos.
Es predecible, entonces, esperar una fractura mayor conforme los tiempos se acorten y las simpatías de los contendientes empiecen a chocar y confrontarse.
Aún con el gran índice de popularidad que guarda López Obrador y que será la catapulta de quien resulte ungido, la fractura puede ahondarse y quitarles muchos votos en el 2024, de no aplicarse en la correcta implementación de las tareas asignadas actualmente como servidores públicos. La gente los observa con atención y serán los resultados los que hablen por ellos.