La Constitución de 1854 y la crisis de México
CIUDAD DE MÉXICO, 19 de diciembre de 2019.- No se tienen datos de si el gobierno mexicano tuvo o no la dimensión exacta de los efectos de tsunami del acuerdo laboral o sólo lo aceptó para facilitar la firma estadunidense del Tratado de Comercio Libre TCL 2.0. El acuerdo laboral rompe el control del Estado, el gobierno y el PRI sobre obreros y sindicatos y de hecho liquidaría el modelo de la CTM o cetemización de los sindicatos.
Haya sido lo que haya sido, el caso fue que la parte menor del Acuerdo de Laboral (Capitulo 23 del TCL 2.0) entre los tres firmantes del TCL 2.0 se localizó en el tema de los inspectores; en realidad, el acuerdo tiene un sentido más sistémico: rompe con la dependencia de trabajadores y sindicatos como parte de la estructura del sistema/régimen/Estado priísta que funcionó hasta 2018 y ya no funcionará el esquema de beneficios a sindicatos a cambio de su priísmo y voto.
Asimismo, el Acuerdo termina con el formato del PRI-gobierno: formalizar la existencia de sindicatos y dirigencias en función de los intereses del partido en el gobierno. Funcionó como máquina de relojería y luego de corrupción y represión con el PRI y también con el PAN. Ahora Morena aceptó un Acuerdo que despriíza al sector sindical, una conquista del régimen de la Revolución Mexicana que fue aprovechado pro el presidente Cárdenas en 1938 al subordinar a los sindicatos al Estado vía su configuración como sector corporativo del PRM-PRI.
El Artículo 23.3 de derechos laborales rescata la libertad de asociación y el reconocimiento efectivo a la negociación colectiva, sin el control del Estado-gobierno como hasta ahora. Este reconocimiento tendrá que llevar a nuevas elecciones sindicales y sobre todo obligará a replantear las organizaciones de sindicatos tipo CTM.
Asimismo, en el artículo 23.5 se asume la existencia de inspectores para el establecimiento de “comisiones obrero-patronales” para abordar la regulación del trabajo; este modelo sacará al gobierno de la relación productiva y dará mayores responsabilidades a los sindicatos como organización gremial por los derechos de los obreros y el gobierno ya no meterá las manos para controlar a trabajadores en beneficio de los patrones, sus empresas y sus utilidades.
La parte medular del Acuerdo se localiza en el Anexo 23-A que fija la “Representación de los trabajadores en la negociación colectiva en México”; desde el título se sume que los trabajadores se representarán a sí mismos y el gobierno ya no tendrá interferencia en las negociaciones obrero-patronales.
El nuevo funcionamiento de las negociaciones colectivas tendrá siete puntos concretos:
1.- Incluirá en leyes laborales el derecho de los trabajadores a participar en negociaciones y afiliarse al sindicato de su elección y prohibirá en las leyes la interferencia patronal o estatal.
2.-Crear órganos independientes e imparciales para registrar elecciones sindicales y resolver controversias con contratos, lo que representaría el fin de la “toma de nota” por parte de la Secretaría del Trabajo de elecciones sindicales, un instrumento de dominio estatal sobre los sindicatos.
3.- Leyes laborales para verificar elecciones sindicales vía voto personal, libre y secreto de los trabajadores de los sindicatos.
4.- Nuevo modelo de regulación de conflictos de representación sindical con tribunales laborales “mediante voto secreto” y sin interferencia del Estado.
5.- Una entidad independiente que verifique que los contratos cumplan con las nuevas reglas y consulta in situ a trabajadores sobre los contratos negociados.
6.- Garantizar la mayoría de votos de obreros en revisiones salariales y condiciones de trabajo vía “el ejercicio del voto personal, libre y secreto de los trabajadores” para darle apoyo mayoritario al contenido de los contratos. Además, revisión de contratos cada cuatro años.
7.- Proporcionar a los obreros copias de los contratos y un sitio web con todos los contratos para acceso abierto al público.
En este sentido, el Acuerdo Laboral afectará el control social por el Estado y el PRI de las relaciones sociales de producción y el trabajador será un productor de riqueza y no un peón del sistema político. Hasta ahora, el verdadero dirigente de los sindicatos era el gobierno vía la Secretaría del Trabajo, violentando la libertad sindical y el espíritu del Artículo 123 Constitucional.
El Acuerdo Laboral firmado le quitó al gobierno y al Estado el control de los sindicatos y en los hechos dinamitó la estructura corporativa del PRI porque los obreros ya no tendrán ningún beneficio por pertenecer al tricolor, marcando el fin histórico de las organizaciones sindicales como la CTM. Es decir, quedó liquidado el modelo sindical Fidel Velázquez-PRI.
Política para dummies: La política es la letra grande, no la letra chiquita.
@carlosramirezh