Revisitar al pasado
· Tres contratos bajo sospecha y 800 mil millones en juego
· Gobernación: subsecretaría en riesgo por falta de Diana
CIUDAD DE MÉXICO, 12 de octubre de 2018.- Recurramos al clásico:
-No se hagan bolas –como dijo Carlos Salinas a gobernadores cuando en 1994 se especulaba sobre el retiro de la candidatura de Luis Donaldo Colosio a presidente de la república.
Hoy se trata de la polémica aeronáutica.
Más allá de discusiones, división política, confrontaciones, críticas y encuesta, la única alternativa para el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) es Carlos Slim Helú.
O lo construye él o la obra no tiene futuro cierto.
Es una historia con mucha historia.
En junio, todavía en campaña, el magnate decidió confrontar a Andrés Manuel López Obrador y se manifestó abiertamente por la terminal aérea de Texcoco como única alternativa.
Que lo construya él si es tan buen negocio, le repuso el tabasqueño.
A la polémica pública siguió una reunión privada entre ambos y en ella el entonces candidato presidencial por tercera vez escuchó algunos planteamientos y dejó abierta la continuación del proyecto.
Los negocios por 800 mil millones
La plática, confirman en el entorno, derivó hacia términos económicos.
Los contratos, los negocios, el uso del presupuesto, de terrenos nacionales…
Andrés Manuel López Obrador centró sus comentarios en dos hechos, como dimos cuenta aquí el 3 de julio pasado:
Tres grandes contratos asignados de manera sospechosa y para esclarecerlos se revisará el pasado de las empresa y sus relaciones con altos funcionarios del actual gobierno.
Hacia el futuro, se pondrá vigilancia sobre las 413 convocatorias pendientes.
Pero más allá de ellos, explicó López Obrador, hay obras, servicios y comercios complementarios con rendimientos estimados inicialmente en 800 mil millones de pesos.
Pese a la decisión de poner en manos de Carlos Slim Helú la suerte del magno proyecto, hoy la línea está dictada.
Los personeros de Andrés Manuel López Obrador –al frente de ellos Javier Jiménez Espriú- hacen las últimas defensas de la Base Aérea Santa Lucía en combinación con el añoso y disfuncional Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM)l.
Y si la encuesta con urnas del 25 al 28 de diciembre se pronuncia por esta opción, no dé usted por cancelada la construcción de la terminal de Texcoco.
Eso sí, sin recursos públicos y los particulares debidamente vigilados aunque Slim Helú y sus amigos asuman el reto de modernizar la aeronavegación mexicana.
Gobernación, con 3 subsecretarías
Hay una subsecretaria nominada de aparición fugaz y desaparición prolongada.
Es Diana Alvarez Maury, sucesora de la diputada Tatiana Clouthier en lo que signifique Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos.
Como la transición no puede detenerse, la mayoría de esos asuntos han sido derivados hacia Alejandro Encinas, pero no es fácil imaginarlo en diálogo con grupos clericales.
Además, su tarea primaria es esclarecer el crimen masivo de Ayotzinapa, donde está involucrado un correligionario suyo y ex alcalde del Partido de la Revolución Democrática (PRD), José Luis Abarca.
El ajuste con el pasado es tarea pendiente no nada más por lo sucedido en Iguala, sino en los movimientos estudiantiles del 2 de octubre de 1968 y el Jueves de Corpus de 1971.
En síntesis, Olga Sánchez Cordero podría manejar Gobernación quedarse nada más con dos en lugar de tres subsecretarías.