Dos meses de huelga, miles de asuntos pendientes
OAXACA, Oax. 25 de febrero de 2018.- El término FinTech es la contracción de dos palabras inglesas finance y technology, se utiliza para designar a las empresas que ofrecen productos y servicios financieros mediante infraestructuras basadas en tecnologías de información y comunicaciones, comúnmente empresas tecnológicas emergentes conocidas como startups.
En 2015, Jaime Dimon, consejero delegado de JP Morgan, uno de los bancos tradicionales más importantes del mundo, escribió “Centenares de startups con montones de cerebros y dinero están generando alternativas a la banca tradicional”. Se refería a las empresas que están concediendo créditos en minutos, frente a las semanas que tardan normalmente los bancos tradicionales en aprobar un crédito, y a las empresas competidoras en el mercado de los pagos, como PayPal y a los retos que supone la irrupción de criptomonedas como el bitcoin.
El escenario de la industria financiera actual involucra nuevos oferentes, consumidores, canales, procesos productivos y productos. No obstante, el fenómeno FinTech representa un desafío para el regulador financiero, ya que debe lograr el equilibrio entre: permitir el desarrollo y la innovación de nuevos negocios, corrigiendo los fallos del mercado financiero que pudiesen debilitar la estabilidad financiera; y exponer a los consumidores de productos financieros a riesgos que no siempre están capacitados para evaluar.
En México, el fenómeno FinTech tiene un espacio asegurado en la agenda legislativa, ya que durante los últimos años este sector ha experimentado un importante desarrollo. Un estudio reciente (BID y Finnovista, 2017) señala que México concentra 180 empresas (26%) de las 703 empresas jóvenes de FinTech localizadas en 15 de los 18 países de América Latina.
La actividad de las tecnologías financieras en México se concentra en cuatro segmentos principales: plataformas de finanzas alternativas con 59 emprendimientos; pagos con 50; gestión de finanzas personales con 22, y finanzas empresariales con 21. Kueski es la plataforma de microcréditos de origen mexicano y líder en nuestro país, se fundó en 2012 y los usuarios pueden solicitar online un préstamo, especificando cuánto dinero necesitan y cuándo quieren devolverlo. Kueski utiliza tecnologías propias de la física de partículas, con algoritmos y técnicas de procesamiento de grandes cantidades de datos (como el historial crediticio del usuario, su gráfico social, información online, etc.) y otras tecnologías web para evaluar, aprobar o rechazar las solicitudes de crédito en cuestión de segundos. Si se aprueba, la transferencia se realiza en el momento. El tamaño de la Kueski es de 51 a 100 empleados.
El éxito de las empresas FinTech en parte se explica porque estos nuevos jugadores tienen menos obstáculos que los bancos tradicionales, en cuanto al cumplimiento normativo, además están libres de los sistemas heredados (legacy tecnológico) que impone costos económicos y de gestión. En México el sector FinTech se encuentra en crecimiento y expansión, por ello el Gobierno Federal realizó una propuesta de ley para regular las actividades de las tecnologías financiaras, la cual está avanzando en el Congreso de la Unión, pues el 21 de febrero de 2018 se aprobó la minuta de la nueva Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera por la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, la cual fue avalada por el Senado de la República desde diciembre de 2017.
Sin embargo, dicha propuesta de Ley Fintech impulsada desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público tiene deficiencias que impiden asegurar que ayudará a cerrar la brecha de inclusión financiera en México, ya que las reglas de acceso al mercado son discrecionales sin que se logre un equilibrio entre la inclusión financiera y la protección del usuario atendiendo el tipo y tamaño de la Institución de Tecnología Financiera; no existe claridad en la base gravable para el sector; y otorga flexibilidad para que en la regulación secundaria se vayan actualizando las normas que van a regir al sector, a cargo de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y el Banco de México, entre otras, hasta después de 2 años.
Particularmente, en la exposición de motivos de la propuesta de ley se ofrecen objetivos que no se plantea cómo se realizarán en la Ley FinTech, por ejemplo la inclusión financiera para la población que no tiene acceso a servicios financieros. En México solo el 39% de los mexicanos cuenta con acceso a servicios financieros formales (Global Findex, 2014 database, World Bank), por lo tanto la innovación financiera seguirá beneficiando a la población de mayor ingreso y sofisticación financiera.
* Presidente del Colegio de Economistas de Oaxaca