La posverdad judicial
CIUDAD DE MÉXICO, 7 de junio de 2020.- A las 19:14 del viernes 16 de junio de 1944, una patrulla del Escuadrón 443 de la Real Fuerza Aérea Canadiense despegó de su base en Sainte-Crox-sur-Mer, sobre la costa normanda bautizada como “Playa Juno” a menos de cuatro kilómetros del frente de batalla, con órdenes de interceptar a una escuadrilla de la Luftwaffe al sur de Caen.
Habían transcurrido diez jornadas desde la invasión del “Día D”, el episodio que marcó el principio del fin de la Alemania nazi. Los pilotos al mando de los seis Spitfire Mk-IXB eran jóvenes de entre 21 y 24 años. Los aviones se identificaban con la insignia del 443, un abejorro y la leyenda Nuestro aguijón es mortal. Al mando de la escuadrilla iba el comandante James Hall. Los otros aviadores eran Leslie Foster, C.E. Scarlett, Donald M. Walz, Hugh Russell y Luis Pérez Gómez. Desde la madrugada del 6 de junio habían participado en misiones de apoyo para las oleadas de la invasión.
Pasando Caen, Hall dispuso que dos aparatos permanecieran en espera bajo el techo de nubes y cuatro ascendieran en vertical para interceptar a los alemanes que avanzaban desde el interior del continente hacia las líneas aliadas.
El primer contacto se dio poco después de las 20:00 sobre la región de Calvados. Foster y Scarlett se mantuvieron en patrón de espera mientras que Hall, Walz, Russell y Pérez Gómez ascendían en formación de ataque. Al salir del banco de nubes encontraron al agrupamiento de Focke-Wulf 109 –bautizados como “pájaros carniceros” en la Batalla de Inglaterra– y comenzó la refriega.
Hall y Russell fueron los primeros en ser derribados y no sobrevivieron. El avión de Walz fue rasgado por la metralla y entró en picada, pero el piloto logró saltar. Mientras descendía en paracaídas vio al Spitfire 2I-S MK-607 de Pérez Gómez dar un giro a babor en maniobra evasiva, con varios cazas alemanes en persecución. Había vaciado las cartucheras de sus cuatro ametralladoras y dos cañones y estaba en la línea de fuego de las naves enemigas.
Walz atestiguó los desesperados intentos de su camarada por evitar la puntilla. El Spitfire de Luis entró en barrena. Walz contuvo la respiración en espera de que la cubierta de la carlinga se desprendiera y el piloto saltara. Cuando esto sucedió, vio que el paracaídas de su compañero mexicano se incendiaba. Nave y piloto se estrellaron en un campo en las proximidades del caserío de Sassy. Walz tocó tierra en un bosque. La resistencia lo rescató y pudo regresar a la base unos días después.
Cerca de los fierros retorcidos del 2I-S MK-607 quedó el cuerpo de Luis Pérez Gómez, de 22 años, originario de Guadalajara, el único piloto de caza mexicano participante en el asalto a Normandía, el mayor y más complejo operativo militar de la Segunda Guerra Mundial. En su identificación se leía: CA. J29172 Officer L. Perez-Gomez RCAF. Do not Remove.
Los restos de Luis fueron recuperados por agricultores de Sassy. Para impedir que cayeran en manos de la soldadesca nazi en retirada, los sepultaron en el camposanto de la iglesia de San Protasio y San Gervasio con un nombre francés.
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Quadratín Jalisco