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GUADALAJARA, Jal., 22 de agosto de 2022. Actualmente existen en Jalisco, 326 establecimientos residenciales en tratamiento de adicciones sin registro, sólo 17 con reconocimiento de la Comisión Nacional Contra las Adicciones (Conadic) y 47 con registro estatal, según las estadísticas del propio Consejo Estatal Contra las Adicciones (CECAJ).
Pero la realidad en la entidad de los anexos es otra. Existen decenas de estos centros de rehabilitación clandestinos, que, a costa del dolor y la desesperanza de cientos de familias, llegan a obtener percepciones mínimo de 50 mil pesos al mes, y otros hasta de 100 mil, ello de acuerdo a testimonios que llegaron hasta Quadratín Jalisco.
Al costo de la mensualidad, que va de los mil 500 a los dos mil 500 por interno (algunos la cobran semanal para que parezca menos), se le une lo que obtienen de las famosas “rifas” que realizan continuamente y lo que sacan de ganancia de sus llamadas “tienditas”.
Además de otros servicios que ofrecen sin que haya alguien que regule los precios y tarifas que imponen a madres, padres y familiares que llegan desesperados a depositar a sus enfermos.
Son anexos no reconocidos oficialmente que se rigen sin ningún control, carecen de registro, sin un plan rector para apoyo contra las adicciones, sin psicólogos, sin cuidados en la salud y mucho menos en el trato humano, además de ofrecer alimentos echados a perder a los internos.
La nota completa en Quadratín Jalisco