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SANTIAGO NILTEPEC, Oax. 20 de mayo de 2025.- En Niltepec, que significa cerro del añil, la memoria del pigmento natural más preciado de Mesoamérica cobra nueva vida gracias al trabajo de la marca Añiltepec, un proyecto que recupera y enaltece la producción artesanal del tinte azul extraído del jiquilite.
El añil —conocido también como “oro azul”— fue durante siglos el sustento de muchas comunidades del sur de México.
Sin embargo, su producción cayó en el olvido tras la introducción de pigmentos sintéticos.
Ahora, productores de Niltepec impulsan su rescate a través de un proceso que conserva técnicas tradicionales: desde la siembra del jiquilite hasta la fermentación, el batido y el secado del polvo de añil.
La marca Añiltepec surge como respuesta a esta necesidad de revaloración del trabajo de los artesanos, pero también para reivindicar el azul añil en todo tipo de textiles.
Con un enfoque sustentable y un profundo respeto por el saber heredado, ofrece prendas teñidas a mano con añil auténtico, elaboradas en telares tradicionales y en colaboración con familias del Istmo.
“Añiltepec no solo vende ropa: ofrece identidad, memoria y dignidad para quienes trabajan la tierra y tiñen con paciencia cada pieza”, comparten integrantes del proyecto, que busca abrir camino en ferias nacionales e internacionales con una propuesta ética y de comercio justo.
Aunque enfrentan desafíos como la escasa visibilidad institucional y la competencia de imitaciones industriales, el impulso de las nuevas generaciones ha mantenido vivo el oficio.
Actividades como la Feria del Añil, organizada en el municipio, también han contribuido a fortalecer el orgullo comunitario en torno a esta práctica.
Con su historia milenaria, el añil de Niltepec vuelve a teñir los telares y las manos del Istmo.