Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
CIUDAD DE MÉXICO, 26 de enero de 2019.- Al contrario de lo que dijo en varias ocasiones durante campaña, resulta que ahora ya en su calidad de presidente de México, Andrés Manuel López Obrador apoya la extracción de gas y petróleo no convencional empleando la técnica de fracturación hidráulica más conocida como fracking. Entonces ¿Qué pasó con esa promesa? ¿Mintió para conseguir el voto de los ambientalistas o cambió de parecer al conocer la realidad como gobierno federal?
Conforme a estudios realizados desde la década de los 90 ́s, las cuencas con alto potencial del gas de lutitas son principalmente las entidades vecinas con Estados Unidos, como Chihuahua, Coahuila Nuevo León y Tamaulipas, por compartir con dos zonas geológicas ubicadas en Texas, siendo Eagle Ford Shale la más importante del mundo. Tan solo en esas regiones mexicanas en 2012 se produjeron 700 mil barriles diarios de petróleo, así como 26 mil 900 millones de pies cúbicos diarios de gas; mientras en la contraparte estadounidense se habían otorgado nueve mil 100 permisos de perforación de pozos a 170 empresas, en México solo se perforaron 25 con una sola compañía: Petróleos Mexicanos (Pemex). Sin embargo, no solamente tiene potencial los territorios del norte mexicano, sino también existen cuencas en Veracruz, así como en Oaxaca.
Andrés Manuel López Obrador durante campaña, en octubre de 2018 puntualizó –cito textual- “No vamos a utilizar el famoso fracking para explotar petróleo”, mientras que dentro del paquete del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2019 su gobierno incluyó la inversión de tres mil 351 millones de pesos, para extraer hidrocarburos no convencionales por medio de la técnica de fracturación hidráulica. La diferencia de la realidad de este segmento energético entre 2012 contra la actual, es que ahora participa Pemex, además de la Operadora de Campos DWF S.A. de C.V., que es una empresa conjunta de la firma mexicana Diavaz con la compañía suizo-estadounidense Weatherford International; siendo ésta última una asociación a la que se adjudicó un contrato de exploración, así como de producción, para desarrollar el bloque terrestre Miquetla, ubicado en Chicontepec, Veracruz.
Aquí en este mismo espacio editorial, al igual que en mis conferencias, he sostenido una postura abierta con el fracking, acotando que solo sí, siempre sí, se tenga una legislación estatal o municipal similar a la que se tiene en Texas con sus dos cuencas geológicas. El problema es que México no cuenta con esas regulaciones locales, de hecho, los investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Pedro Joaquín Gutiérrez-Yurrita y María Guadalupe Peláez Gálvez, establecen que –cito textual- “el Estado mexicano no ha expedido, ni expedirá, a como se ve el panorama político, ninguna ley específica sobre si se utilizará el fracking como técnica de exploración para detectar y estimar la cuantía de gas de roca, o sobre si ésta técnica quedará prohibida por razones sociales y ambientales”.
Con la autorización de Andrés Manuel y de los órganos desconcentrados del sector energético, pero sin regulaciones locales, poniendo un solo ejemplo ¿Asegurarán que el río Tuxpan no sean gravemente contaminados? ¿Usted qué opina? www.daviddorantes.mx