Conmemora DIF Oaxaca Día Mundial de la Alimentación
Como parte de los esfuerzos para impulsar el desarrollo sustentable del campo en el sur de México, Guatemala, Honduras y El Salvador, el Gobierno de México, a través de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID), el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), y el Reino de Noruega, suscribieron una Carta de Intención, mediante la cual se establece un marco de colaboración cuyas acciones y estrategias permitan fortalecer la resiliencia alimentaria ante el cambio climático, así como mejorar el estado nutricional, económico y social en la región mediante una transición hacia una agricultura sostenible.
El instrumento fue firmado en las instalaciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) por la directora ejecutiva de la AMEXCID, Gloria Sandoval Salas; la embajadora de Noruega en México, Ragnhild Imerslund; y por el director general del CIMMYT, Bram Govaerts, informó la SRE.
Este evento contó además con la presencia de funcionarias y funcionarios de las instituciones cooperantes, así como del representante de nuestro país ante el Reino de Noruega, embajador Ulises Canchola.
La directora ejecutiva Gloria Sandoval y la embajadora Ragnhild Imerslund, coincidieron en la importancia de fortalecer los instrumentos de cooperación triangular entre nuestros países. De igual forma, convinieron en que es necesario robustecer las capacidades en materia agrícola de Centroamérica ante las vulnerabilidades que enfrenta dicha región, particularmente las sequías generadas por el cambio climático.
Por su parte, el director general del CIMMYT mencionó que esta colaboración “Avanzando hacia Sistemas Integrados de Innovación Agroalimentaria en Guatemala, Honduras y los estados del sur de México: Chiapas, Oaxaca y Yucatán”, busca construir paz, desarrollo y prosperidad a través del desarrollo agrícola, por medio de sistemas agroalimentarios integrados para aumentar su resiliencia y crear estabilidad social y económica entre la población rural y urbana en situación de pobreza en Guatemala, Honduras, El Salvador y el sur de México.
Las instituciones firmantes concordaron en que la transición hacia una agricultura sostenible significa aumentar la productividad, rentabilidad y competitividad de los productores para evitar la migración forzada en las zonas afectadas por el cambio climático, el conflicto y el encarecimiento de los alimentos e insumos productivos como el combustible y los fertilizantes, por lo que la relevancia de este instrumento y de esta colaboración es un ejemplo de cómo las alianzas resultan indispensables para lograr la adopción de sistemas de producción sustentables que a su vez refuercen la paz y la estabilidad social.