Cortinas de humo
La literatura borra el contexto
Ricardo Piglia
OAXACA, Oax., 7 de mayo de 2019.- A la literatura de Tehuantepec hay que buscarla en las calles, los parques, el atrio de aquellas iglesias donde las mujeres ponen la mesa para vender cena –garnachas, tostadas, molotes de plátano, pollo garnachero y huevos hervidos, frijoles refritos y crujientes empanadas con carne de res, esa forma específica de la salsa roja hecha en molcajete.
A la literatura de Tehuantepec habrá que buscarla al caer la tarde, cuando las altas temperaturas bajan en los barrios y la gente sale a la calle a buscar la brisa fresca.
___ Aquí no llueve.
Se podrá afirmar que todo el Istmo de Tehuantepec está convertido en tierra ágrafa, no lo creo así, más bien sostengo que el canon de la literatura del siglo pasado -en nuestro país- mantenía posturas clasistas que excluyeron a la tradición oral.
___ Fá, uno tu boca.
En Tehuantepec, en casa, las mujeres nos enseñaron a contar historias; y, son las mujeres las que, frente al puesto de garnachas, nos enseñan a narrar.
___ Ni chiste tuvo.
A la literatura de Tehuantepec, digo, hay que buscarla en la conversación nocturna de las mujeres, frente al anafre; el carbón ardiendo –rojo y blanco-, junto a la risa histérica del aceite.
Aquí afirmo que para encontrar la tradición literaria habrá que cargar con alma de niño.
La conversación busca remover el aire caliente, acondicionar la atmósfera.
___ ¿Ya viniste?
___Ya, ma.
Frente a la lumbre -ojo vivo del tiempo- se escucha la voz de las mujeres que nos confirman en la noche caliente que hay un mañana porque hay una historia que contar (los hombres son perro o cosa, gato que busca comer lo ajeno, dañero).
___ Su boca hablando aguado.
A esa hora, en los barrios, se escucha la voz de la mujer que sabe todas las historias.
___ Pescado fue a traer.
Mujeres jóvenes, trabajadoras, que se echaron al hombro a la familia y salieron a la calle a dar la cara por todos, a ganarse la vida.
___ Ahí se quedó.
La calle como el sitio de la representación, el espacio del lenguaje específico, una literatura.
___ Caldo comimos ayer.
A la literatura de Tehuantepec, digo, hay que buscarla en la conversación nocturna de las mujeres –una forma específica de narrar, de intervenir el tiempo, de juntar espacios distantes que concretan las metáforas.
___ Martín Flor.
Habrá que repetir aquí, también, que el amor a los libros y la lectura me lo enseño una mujer analfabeta, indígena, zapoteca de enagua y huipil, mi madre.
___ Nasta.
Con el tiempo supe que a los niños en preescolar les enseñan a leer con historias, no con letras; que, en un primer momento, la tradición oral impacta los sentidos y hace el hecho memorable, el poema.
___Nastita.
Para compartir el amor a las letras cualquiera sirve, cualquiera, menos el letrado.
Dice Ricardo Piglia (Adrogué, Argentina, 1941-2017) que la forma inicial de toda literatura está en la conversación (La forma inicial, conversaciones en Princeton, Sexto Piso, 2015).
En Tehuantepec ocurre eso frente a la mesa donde venden cena.
Mi madre zapoteca, tehuana, hija del barrio Santa María, lado Sur –de aquella parroquia que hace la fiesta a mediados de agosto-, casó con un marino militar, mi padre. Y aquí encuentro que en este linaje está la construcción del lenguaje de toda la América nuestra
–mujer indígena casada con marino militar.
___ ¿Cuándo llegaste?, ¿cuándo te vas?
A la literatura de Tehuantepec, digo, la encontré en una noche sin orillas en el patio de la casa, en el velorio de mi padre.
Algún día hablaré de Margarito M. Guzmán (clarinete), Jesús Chu Trombón, el Negro Laido (sax tenor), distinguidos músicos del barrio Santa María.
___ Toma pues.
Suena la música de Charles Mingus, Tijuana Moods, álbum, (1957).
Inicio estos Apuntes Tehuanos como un pequeño homenaje a lo que Piglia tituló Las Tres Vanguardias (Rodolfo Walsh, Juan José Saer, Manuel Puig), de alguna manera encuentro relación directa entre la forma narrar, el asunto descolocado visto por la academia y aquellas conversaciones que guiaron los años de mi infancia.
La literaria del futuro (Macedonio Fernández).
___ ¿Ya te vas? ¿Tan pronto? Visita de doctor es que haces.