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OAXACA, Oax, 19 de septiembre de 2020.- Los árboles llamados notables o históricos son la conexión con nuestra cultura, nuestro glorioso pasado de los pueblos indígenas.
A propósito de la caída de dos de los árboles ubicados en el Zócalo de la ciudad de Oaxaca, historiadores nos recuerdan que si seguimos la tradición de nuestros pueblos originarios, el renacimiento como sociedad tiene que ser a través de la identidad con la naturaleza.
En el Zócalo uno de los laureles que cayó en 2010 fue rescatado cuando los vientos derribaron al gigante de casi 40 metros.
En esta ocasión, las autoridades decidieron cortar en trozos los árboles y se perdió con ellos parte de nuestra historia, de la cotidianidad en la otrora Verde Antequera.
Los árboles siempre han tenido un especial relevancia en las culturas ancestrales de todo el mundo por lo que su cuidado y atención era primordial para los miembros de la comunidad, lo que al parecer por los recientes acontecimientos, hemos olvidado.
En Oaxaca hay árboles que se han declarado notables por diversos motivos, pero sobresale uno en especial: el árbol del Tule, único en el mundo por el grosor que abarca a más de 40 personas entrelazando sus manos, además de que se estima su edad en más de 2 mil años.
Otros entraron a esta categoría por los personajes históricos que los sembraron: el generalísimo José María Morelos y Pavón, Guadalupe Victoria, Antonio de León y Félix Díaz entre otros.
El árbol que se encuentra en la antigua estación del Ferrocarril, que también ya fue declarado como notable, es el sobreviviente de tres ahuehuetes que fueron importantes porque marcaban los límites de la entonces Verde Antequera y el Marquesado del Valle, desde donde atendió los asuntos el mismo Hernán Cortés.
Por eso es esencial cuidar el arbolado de la ciudad de Oaxaca porque algunos de ellos cuentan leyendas y otros narran historias, son parte de nuestra historia.