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OAXACA, Oax., 19 de agosto de 2016.- La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) aseguró siete aves silvestres y un perico frente naranja (Eupsittula canicularis) que eran comercializados en la vía pública sin contar con los permisos que ampararan su legítima procedencia.
En un comunicado, la dependencia informó que por estos hechos dos individuos fueron puestos a disposición del Ministerio Público Federal con sede en Escobedo, Nuevo León.
Gracias a un reporte ciudadano, inspectores de la Profepa constataron esta irregularidad que violenta la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 en la categoría de Protección Especial (Pr).
Las aves aseguradas son 4 Cardenales (Cardenalis cardenales), 2 Cenzontles Norteños (Mimus polyglottos), un Chara Verde (Cyanocorax yncas) y un Perico Frente Naranja (Eupsittula canicularis).
Luego de que las aves fueron revisadas por personal de la Profepa se encontró que dichos ejemplares contaban con faltas al trato digno y respetuoso, debido a que los mantenían confinados en jaulas con dimensiones muy pequeñas, situación que no permitía que las aves tuvieran un libre movimiento de sus alas.
En relación con el ejemplar de perico, éste presentaba grietas en el pico, “cañones” en la nuca y plumas con desarrollo deficiente; estos síntomas indican mala nutrición. También se encontró que las plumas presentaban decoloración causado por agua oxigenada.
Con apoyo de la Policía Municipal de Santa Catarina, las dos personas fueron detenidas y trasladas al Ministerio Público Federal con sede en Escobedo, donde fueron consignados por la comercialización de psitácidos cuya venta está prohibida.
Ningún ejemplar de ave correspondiente a la familia Psittacidae o psitácido (loros, pericos y guacamayas), cuya distribución natural sea dentro del territorio nacional, puede ser sujeto de aprovechamiento extractivo con fines de subsistencia o comerciales.
Es decir, por ser especies catalogadas en situación de riesgo, está prohibida su extracción del medio silvestre, así como la posesión y el comercio de las mismas.
Los pericos y las guacamayas están seriamente amenazados. El tráfico ilegal para el mercado de mascotas, así como la destrucción de su hábitat, son las principales causas del deterioro de las poblaciones silvestres, por lo que la Profepa exhortó a la sociedad a no comprar loros, guacamayas y pericos toda vez que su venta está prohibida.
El artículo 420 fracción cuarta del Código Penal Federal establece que el tráfico ilegal de ejemplares es un delito que se castiga con pena de uno a nueve años de prisión y por el equivalente de trescientos a tres mil días multa, y se aplica una pena adicional hasta de tres años más de prisión y por mil días multa adicionales, cuando las conductas descritas se realicen con fines comerciales.