La Constitución de 1854 y la crisis de México
PUNTO DE ENCUENTRO
En el pre arranque por la sucesión presidencial, todo parecía estar planchado y relativamente sencillo, pues el inquilino de Palacio Nacional cada vez más reforzaba su telaraña política para hacer caer a cuanto quisiera y se opusiera a su gobierno; y, allanaba el camino y blindaba a sus aspiracionistas (corcholatas) a sucederle en su faramalla de campaña disfrazada.
Pero, el deleite del poder y egocentrismo, cegaban cada vez más al presidente y eclipsaban su mente enfermiza que le hizo creerse el todopoderoso y poseedor de la verdad absoluta. Ya veía su nombre esculpido en letras doradas en los anales de la historia.
Atizaba a diario el odio y la polarización social, y perseguía a quienes señalaban sus yerros o no estaban de acuerdo con él; ejercía desmedidamente la fuerza del estado, violentando toda ley contra ellos y desquebrajando a las instituciones.
Y no me cabe la menor duda, que le haya pasado por la mente (así sea como los cometas: a lo lejos y fugazmente) la reelección. Razonadas sin razones, las tenía de sobra.
Y la verdad sea dicha; prevalecía una oposición desencajada, desgastada individual y conjuntamente, desmembrada, etc. que por mas ganas que le echaban por unirse y ser un verdadero contrapeso al régimen, sus intentos no cuajaban.
En ése inter y paralelamente, la sociedad civil comenzó a organizarse individual y colectivamente con un mismo objetivo: el despertar de las conciencias por un México libre y democrático, respetuoso del derecho y promotor de oportunidades y garante de la seguridad social.
Y en su andar, ambas partes se topan e inician pláticas y a llevar a cabo ciertas acciones que comienzan a tener relevancia en el escenario mediático, político y social. Tarea nada fácil por el contexto prevaleciente.
Y así, habiendo logrado ponerse de acuerdo, emprenden su propio proceso para determinar quién encabezaría al naciente y recién conformado: Frente Amplio por México; que en ese sentido emulaba al del partido en el gobierno, pero con un procedimiento verdaderamente transparente, diferente y democrático que daba por mucho, mucha más certeza y veracidad al proceso, a diferencia del de los aspiracionistas corcholateros.
Éstos ya habían llegado, prácticamente a su techo o les faltaba muy poco por crecer; no tenían nada nuevo verdaderamente que ofrecer, eran voceros del mañanero y le apostaban a consolidar su voto duro y sumar, por el encono social, lo más que se pudiera.
Y la oposición, a través del recién conformado Frente Amplio por México, tenía todo por crecer, pero quienes comenzaban a mencionarse y a figurar, en el escenario inicial, no se vislumbraba que encendieran debidamente el ánimo de sus seguidores ni a los anti 4T ni mover a los abstencionistas y demás sectores.
Cuando de repente ¡Zas! Nadie la vio venir, (alguien que en su mente estaba otro proyecto) emerge de las entrañas del conglomerado social: Xóchitl Gálvez, quién levanta la mano y dice: yo voy.
Y sin más ni menos, como la fuerza de un imán, atrajo a un sinfín de ciudadanos de diversos sectores, que deseosos de un liderazgo nato, aguerrido y natural los conjuntara y que hoy la coloca como la única y verdadera competencia real opositora para ser, no sólo la próxima presidenta de México, sino la primera en ocupar dicho cargo.
Lo que vino a ser como un manotazo en la mesa del ajedrez político de ya sabemos quién. Y aquí comienza a escribirse una nueva historia: diferente y particular para el país, con la aparición de la némesis de AMLO y pasa a ser la criptonita para su gobierno, de tal forma que han buscado a toda costa encapsularla para que mengue su poder. ¿Y tal parece que lo han ido logrando, o será que está en proceso de metamorfosis? ¿Lograrán poder engranarse bien las partes que conforman el Frente para dar la batalla? Esto se pondrá interesante y lo seguiremos comentando…
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