Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
Rafael G. Vargas Pasaye | Sentido común
CIUDAD DE MÉXICO, 25 de noviembre de 2018.- El pasado viernes 23 tuvo lugar la histórica elección para Rector de la Universidad Juárez del Estado de Durango, llegaron a ese día tres candidatos, Manuel Murillo, Jorge Cisneros y Rubén Solís. Las razones del triunfo en una elección, así sea para rector, son sumamente diversas, sin embargo confluyen algunos ejes que resaltan para que el éxito se consiga, y en este caso por los resultados finales vale la pena señalar algunos.
La imagen de campaña diferente, fresca, cercana, adecuada a los tiempos modernos fue la de Rubén Solís, mientras sus contrincantes realizaban piezas a la usanza política tradicional, con demasiados elementos gráficos, con un slogan a veces largo, y por supuesto con la fotografía del personaje, la campaña de Rubén Solís optó por dejarle el peso en tres elementos: el nombre, el cargo de Rector, y un slogan breve, positivo, incluyente: “SÍ”.
La brevedad y contundencia de esas dos letras hicieron un juego perfecto con su diseño gráfico, el cual no se cerró a una sola combinación sino que utilizó una variedad de colores que llamó la atención de propios y extraños y se pudo ver la apropiación en las diferenctes aplicaciones: camisetas, lonas, termos, calcas, entre otros.
Aunado a ello se debe señalar el tono con el que se identificó durante los eventos, siempre conciliatorio, escuchando a sus interlocutores, poniéndose en los zapatos del trabajador sindical, del académico, del investigador, el alumno, puso al servicio de la campaña su experiencia docente de toda la vida.
Contó también con una disciplina de mensaje que no siempre es seguida por los candidatos, manteniendo su propuesta de autonomía que combinaba con la de universidad moderna, logró que el abanico se ampliara, tomando como pilares el respeto por la UJED y las mejoras salariales.
Un punto notorio en la campaña de Rubén Solís fue que afrontó con decisión los momentos climáticos del proceso, por ejemplo la violencia que llegó incluso a la detención del líder de la Federación de Estudiantes Universitarios de Durango, y Solís siempre se manifestó por el respeto a la legalidad.
Así también como en la coyuntura de las declinaciones, primero de Enrique García Carranza y casi al final del proceso de Jesús Soto, donde demostró temple para mantener a los suyos unidos, y humildad para no bajar la guardia y seguir con lo que marcaba la agenda y la estrategia.
Todo este esfuerzo tampoco se hubiera visto coronado si no se echa mano de la reputación del personaje, blindándolo de algunos ataques, y en otros siendo el único que podía señalar o marcar el ritmo de la coherencia de planteamientos como el de la autonomía que fue sin duda un eje central.
El resultado final habla a su vez del espíritu que se vive actualmente en la Universidad Juárez del Estado de Durango, pues los 1,071 votos a favor de Rubén Solís hacen que ni la suma de sus dos adversarios (Cisneros 566 y Murillo 216) le hubieran hecho frente.
Ahora comienza una nueva etapa para la Universidad y su comunidad, por lo pronto la enorme diferencia porcentual hace que el bono que el claustro le ofrece al nuevo rector deberá ser aprovechado bajo la consigna de que con un gran poder también viene una gran responsabilidad.