Cortinas de humo
CIUDAD DE MÉXICO, 13 de febrero de 2019.- Pregunta incesante que me hacen desde empresarios del primer nivel, diversos académicos, ni se diga de colegas consultores, hasta diariamente usuarios de las redes sociales ¿Bajará el nivel tan alto de popularidad que tiene Andrés Manuel López Obrador? En mi opinión, es un rotundo no.
No caerá por lo menos hasta el segundo año de gobierno, siempre y cuando en el lado opositor emerja un Andrés Manuel López Obrador que le haga contrapeso, sumado a otros factores que sirvan para sesgar a la opinión pública.
Andrés Manuel López Obrador semana tras semana aumenta un punto a sus –ya altos- índices de aceptación popular, un fenómeno no visto desde Carlos Salinas de Gortari, sin embargo, era otro contexto social y mediático diametralmente diferente; entonces resulta más adecuado con los arranques de gobiernos recientes, en los que ya existe una sociedad exigente así como la alta presencia de las redes sociales, con lo que Andrés Manuel es el único a nivel internacional.
Mientras el Partido Revolucionario Institucional (PRI) siga perdido en el rumbo y el Partido Acción Nacional (PAN) dividido en el interior, no podrán apuntalar a la comunicación política de un Andrés Manuel opositor de López Obrador. Solo hay que ver el patético caso de Omar Fayad, gobernador de Hidalgo, que de ser el autoproclamado depurador priista para su eventual candidatura a la Presidencia de la República, pasó a bufón del presidente de México; o del liderazgo empoderado oponente de Francisco Javier Cabeza de Vaca, gobernador de Tamaulipas, lo abandona Antonio Echevarría García, gobernador de Nayarit. Resulta que el único férreo contestatario -y meramente digital- es Felipe Calderón Hinojosa.
1. Apegado a su narrativa estratégica
Andrés Manuel López Obrador persiste en su narrativa que le dio éxito en la opinión pública: corrupción y austeridad. Dos elementos en los que encuentra un fuerte engagement con la ciudadanía, más allá de las bases que votaron por él (no se pierdan, son más los que lo avalan ahora). Se le suma su actuación pública, empatada con su decir diario.
2. Suman oponentes a su narrativa
En todo México los oponentes políticos de Andrés Manuel López Obrador se están sumando a su poderosa narrativa por no tener una estrategia de comunicación política; es tan inexistente un plan comunicacional de la oposición que a diario salen priistas y panistas para sumarse al plan de austeridad o en contra de la corrupción, sin darse cuenta que no les suma a ellos, de hecho, les resta ante la opinión pública, pero sí le abonan al tabasqueño.
3. Macroeconomía no es sexy, es aspiración
Andrés Manuel López Obrador está cometiendo graves errores en macroeconomía pero eso no es sexy o entendible en la opinión pública, en comunicación política solo se pueden vender como una aspiración. A la ciudadanía le importa lo que afecta en su microeconomía y en eso se centra sus primeras acciones de gobierno, además de su narrativa.
¿Bajará Andrés Manuel López Obrador? No, mientras preserve con esos atributos de una asertiva comunicación política.
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